El AMC Pacer es probablemente uno de los coches más icónicos de los años 70, aunque no precisamente por su calidad. Con un diseño bulboso y extraño, fue rápidamente catalogado como un coche poco atractivo y torpe en carretera.
A pesar de su aparición en películas y series —incluyendo la mítica “Wayne’s World”—, el Pacer simboliza una época en la que algunas marcas sacrificaron la lógica en busca de originalidad… con resultados desastrosos.
El Bricklin SV-1 prometía ser el coche del futuro, con un enfoque en la seguridad y un diseño de puertas de ala de gaviota. Sin embargo, la realidad fue muy distinta: lento, poco fiable, caro y con una estética difícil de digerir.
Lo que debía ser un emblema de innovación se convirtió en un fiasco de proporciones mayúsculas, tanto que hoy es recordado como un clásico del desastre automotriz.
El Reliant Robin fue un experimento tan extraño como fallido: un coche de tres ruedas que se beneficiaba de un vacío legal para pagar menos impuestos en Reino Unido. Su gran problema, sin embargo, era la estabilidad: bastaba tomar una curva con un poco de entusiasmo para terminar volcado.
Su peculiaridad lo hizo popular en la cultura pop británica, pero nunca consiguió el respeto de la prensa especializada ni de los conductores más exigentes.
El Austin Allegro fue otro dolor de cabeza británico. Su fama de “coche limón” se la ganó a pulso con problemas de fiabilidad, acabados pobres y un diseño que dejó perplejos a muchos. La guinda del pastel fue su volante cuadrado, una ocurrencia que más que innovadora resultó incómoda y absurda.
Aunque Austin intentó posicionarlo como un coche moderno y práctico, el tiempo lo convirtió en sinónimo de fracaso y en motivo de burla dentro del sector.
El Morris Marina es recordado como uno de los mayores fracasos de la industria británica. Su diseño insípido, su mal comportamiento dinámico y la pésima calidad de construcción lo convirtieron en blanco fácil de las críticas. Ni en fiabilidad ni en prestaciones logró convencer, y eso que se vendió en gran número durante los años 70.
Con el tiempo, se transformó en un ejemplo de cómo no se debía desarrollar un coche destinado al gran público, marcando negativamente la historia de la marca.
Relacionadas
Precio del Mercedes SLS AMG Black Series 2014
Un superdeportivo de 622 caballos de fuerza que acelera de 0-60 mph en 3.5...