El BMW i8 fue la propuesta futurista de la marca bávara, con un diseño que aún hoy parece sacado de un concept car. Con puertas de tijera, carrocería en fibra de carbono y un sistema híbrido de 357 CV, combina eficiencia y espectacularidad. Su precio en el mercado de segunda mano ronda los 34.000 dólares, convirtiéndolo en un superdeportivo del futuro a precio de ocasión.
El Audi R8 de primera generación fue un auténtico cambio de juego para la marca alemana. Su estética inspirada en Le Mans, su motor central y la posibilidad de montar una caja manual lo convirtieron en un superdeportivo accesible. Hoy, ejemplares de los primeros años se pueden encontrar desde unos 30.000 dólares, lo que significa tener un coche de ensueño por menos de lo que cuesta un SUV nuevo generalista.
El Jaguar F-Type representa la visión británica de un gran turismo con alma de superdeportivo. Por poco más de 22.000 dólares puedes tener un modelo con diseño agresivo, motores que van desde un V6 con un sonido espectacular hasta un V8 con prestaciones demoledoras. Su interior refinado y su dinámica en carretera hacen que sea uno de los deportivos con mejor relación precio-emoción del mercado usado.
El Porsche Cayman de las generaciones 987 y 981 es quizá la compra más equilibrada de esta lista. Con un precio medio de unos 20.000 dólares, aporta pedigrí deportivo real gracias a su motor central, chasis equilibrado y dirección precisa. Ya sea en versión S o GTS, mantiene la esencia Porsche sin necesidad de superar la barrera de los seis dígitos.
El Maserati GranTurismo es un icono italiano que ahora puede encontrarse a precios cercanos a los 18.000 dólares en el mercado de ocasión. Diseñado por Pininfarina y con un motor V8 derivado de Ferrari, ofrece un sonido y una estética inconfundibles. Eso sí, su mantenimiento no es barato, pero pocos coches ofrecen tanta elegancia y carácter por este precio.
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