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5 coches usados que no deberías comprar si valoras tu dinero y tu tranquilidad

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El simpático Fiat 500 puede parecer una opción atractiva por diseño y precio, pero las versiones producidas entre 2012 y 2016 arrastran graves problemas de fiabilidad. Se han reportado fallos de embrague, averías eléctricas y un coste de reparaciones más alto de lo esperado en un coche pequeño. Su reputación es tan negativa que en Estados Unidos se ganó el apodo de “Fix It Again, Tony” (Arréglalo de nuevo, Tony).

El Ford Escape usado es otra compra que conviene evitar. Muchos propietarios han denunciado fallos en la transmisión, que se traducen en tirones y vibraciones, además de problemas en la suspensión que requieren frecuentes visitas al taller. Aunque ofrece espacio y practicidad, su pobre historial de fiabilidad lo hace una inversión arriesgada en el mercado de segunda mano.

El descapotable Volkswagen Eos, descontinuado en 2015, es uno de los peores convertibles usados que se pueden comprar. Los problemas más habituales están en el mecanismo de la capota y los elevalunas eléctricos, que suelen fallar y suponen reparaciones costosas. A ello se suman incidencias en la suspensión, lo que lo convierte en un coche bonito a la vista, pero poco recomendable para el bolsillo.

El Chrysler 200, especialmente el modelo 2015, acumula múltiples críticas y hasta campañas de llamada a revisión por parte de la marca. Problemas eléctricos, fallos en el motor y averías en el control de velocidad lo colocan entre los menos fiables de su segmento. Aunque pueda resultar atractivo por precio en el mercado de segunda mano, es un coche que puede dar más quebraderos de cabeza que satisfacciones.

La idea de conducir un BMW usado puede ser tentadora por el prestigio de la marca alemana, pero la realidad es distinta. Los costes de mantenimiento y reparación son muy elevados, y los fallos recurrentes en electrónica, suspensión y transmisión pueden arruinar la experiencia. Incluso con contratos de servicio extendidos, su fiabilidad deja mucho que desear en comparación con rivales más asequibles y duraderos.

5 coches usados que no deberías comprar si valoras tu dinero y tu tranquilidad.

Curador: Rancez DamianRancez Damian

: El simpático Fiat 500 puede parecer una opción atractiva por diseño y precio, pero las versiones producidas entre 2012 y 2016 arrastran graves problemas de fiabilidad. Se han reportado fallos de embrague, averías eléctricas y un coste de reparaciones más alto de lo esperado en un coche pequeño. Su reputación es tan negativa que en Estados Unidos se ganó el apodo de “Fix It Again, Tony” (Arréglalo de nuevo, Tony).

: El Ford Escape usado es otra compra que conviene evitar. Muchos propietarios han denunciado fallos en la transmisión, que se traducen en tirones y vibraciones, además de problemas en la suspensión que requieren frecuentes visitas al taller. Aunque ofrece espacio y practicidad, su pobre historial de fiabilidad lo hace una inversión arriesgada en el mercado de segunda mano.

: El descapotable Volkswagen Eos, descontinuado en 2015, es uno de los peores convertibles usados que se pueden comprar. Los problemas más habituales están en el mecanismo de la capota y los elevalunas eléctricos, que suelen fallar y suponen reparaciones costosas. A ello se suman incidencias en la suspensión, lo que lo convierte en un coche bonito a la vista, pero poco recomendable para el bolsillo.

: El Chrysler 200, especialmente el modelo 2015, acumula múltiples críticas y hasta campañas de llamada a revisión por parte de la marca. Problemas eléctricos, fallos en el motor y averías en el control de velocidad lo colocan entre los menos fiables de su segmento. Aunque pueda resultar atractivo por precio en el mercado de segunda mano, es un coche que puede dar más quebraderos de cabeza que satisfacciones.

: La idea de conducir un BMW usado puede ser tentadora por el prestigio de la marca alemana, pero la realidad es distinta. Los costes de mantenimiento y reparación son muy elevados, y los fallos recurrentes en electrónica, suspensión y transmisión pueden arruinar la experiencia. Incluso con contratos de servicio extendidos, su fiabilidad deja mucho que desear en comparación con rivales más asequibles y duraderos.

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