Tras el asesinato de Kennedy, el Lincoln Continental continuó siendo un coche presidencial, y en 1972, el presidente Richard Nixon recibió un nuevo modelo de esta misma línea. El coche fue utilizado para varios eventos oficiales y fue modificado varias veces, incluso tras un intento de asesinato contra Ronald Reagan en 1981. En 1982, el coche fue devuelto a Ford para una renovación, en la que se le cambió el interior y la parrilla frontal, modernizándolo con un estilo de 1979. Este vehículo siguió en servicio durante varias administraciones, siendo testigo de momentos históricos durante la presidencia de Nixon y Reagan.
El Lincoln Continental de 1961, utilizado por John F. Kennedy, se convirtió en el coche presidencial más famoso de todos los tiempos, debido al trágico asesinato de Kennedy en 1963. El vehículo originalmente tenía un techo abierto, pero tras el asesinato, fue modificado con un techo sólido y blindaje, además de ser pintado de negro. Este coche fue convertido por Hess & Eisenhardt, y aunque estuvo en servicio hasta 1977, es recordado principalmente por su asociación con los trágicos eventos de noviembre de 1963. Hoy en día, el Continental es una pieza de exhibición en el Henry Ford Museum.
En la administración de Dwight D. Eisenhower, uno de los Lincoln Cosmopolitans fue modificado con un techo de plexiglás para que el presidente pudiera ser visto incluso en condiciones meteorológicas adversas. Este coche, apodado Bubble Top, se convirtió en uno de los autos presidenciales más distintivos de la historia, al ser uno de los primeros en incluir un techo completamente cerrado pero transparente, una característica que mejoraba la visibilidad para el público mientras mantenía la protección del presidente.
A mediados del siglo XX, los presidentes comenzaron a requerir coches especialmente modificados para sus funciones. Uno de los primeros de este tipo fue el Lincoln Cosmopolitan de 1950, elegido por el presidente Harry S. Truman tras un desacuerdo con Cadillac. Este vehículo fue alargado y modificado en su techo por la Henney Motor Company, una empresa que se dedicaba a la construcción de carrocerías personalizadas. Durante la presidencia de Truman, se entregaron nueve unidades, las cuales se utilizaron hasta bien entrada la década de 1960.
William Howard Taft, el 27º presidente de EE. UU., fue el primer mandatario que mostró un gran interés por los automóviles. En 1909, cuando asumió la presidencia, Taft introdujo el White Model M en la Casa Blanca, un vehículo de propulsión a vapor que representaba lo último en tecnología de la época. Se dice que Taft eligió este coche debido a la nube de vapor que generaba cuando aceleraba, lo que dificultaba a los fotógrafos capturar buenas imágenes del presidente. Este coche es un ejemplo de la mezcla de lujo y tecnología que se comenzó a asociar con la Casa Blanca.
Relacionadas
Precio del Mercedes SLS AMG Black Series 2014
Un superdeportivo de 622 caballos de fuerza que acelera de 0-60 mph en 3.5...