El error más básico pero potencialmente más desastroso es olvidar colocar la tapa de llenado. Arrancar el motor sin ella provoca que el aceite salga por todas partes, contaminando el compartimento del motor y obligando a repetir todo el proceso de cambio. Asegúrate siempre de que la tapa esté bien colocada antes de encender el coche.
Lubricar la junta del filtro de aceite nuevo facilita su instalación y asegura un mejor sellado. Además, hace que la próxima extracción sea más sencilla. Algunos conductores omiten este paso y aunque no siempre causa fugas, es una práctica recomendada para proteger el motor y ahorrar tiempo en futuros cambios.
La arandela del tapón evita fugas de aceite. Reutilizar la vieja arandela es un error habitual que puede derivar en goteos y en necesidad de apretar más el tapón, dañando la rosca de la bandeja. Cambiar la arandela en cada cambio es económico y garantiza un sellado perfecto.
Uno de los errores más comunes es apretar demasiado el filtro de aceite. Esto puede dañar la rosca o la junta tórica (O-ring), provocando fugas. La solución es lubricar la junta con aceite antes de instalar el filtro y asegurarte de que sea el modelo correcto para tu coche. Evita filtros genéricos baratos: un filtro nuevo es barato y protege tu motor.
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