El Oldsmobile LF9 V8 de 5.7L, fabricado entre 1977 y 1985, es considerado uno de los peores motores diésel en la historia de los vehículos estadounidenses. Originalmente diseñado para reducir el consumo de combustible en los vehículos GM más grandes, el LF9 fue una verdadera decepción. El motor sufrió múltiples problemas, incluidos inyectores de combustible defectuosos, juntas de cabeza rotas, y un funcionamiento ruidoso y sucio. Debido a su pobre rendimiento y a los fallos mecánicos continuos, GM abandonó el LF9 rápidamente, y es conocido como un ejemplo de lo que puede ocurrir cuando se apresura el diseño de un motor.
El Cummins V8 de 5.0L, destinado a la Nissan Titan XD en 2016, comenzó con grandes expectativas, pero pronto demostró ser un fracaso. A pesar de contar con una tecnología avanzada de emisiones y una estructura robusta, este motor presentó numerosos problemas. La bomba de DEF (líquido de escape diésel) fue propensa a fallar, lo que dejó a los conductores en modo de emergencia, afectando la potencia y el rendimiento. Además, la válvula EGR sufría de acumulación de carbonilla, lo que impactaba el rendimiento del motor. Debido a estos fallos, el motor fue retirado y alrededor de 12,000 Nissan Titan XD fueron llamadas a revisión.
El motor Duramax 6.6L LBZ, producido entre 2006 y 2007, es ampliamente considerado como el mejor motor diésel fabricado por General Motors. Desarrollado en colaboración con Isuzu, este motor sobresalió por su potencia de 360 caballos de fuerza y 650 lb-pie de par motor. Con mejoras en el sistema de inyección y una fundición más robusta, el LBZ se convirtió en un referente en cuanto a fiabilidad y durabilidad. Aunque algunos propietarios informan problemas con los pistones a medida que el motor aumenta su potencia, en general, el LBZ sigue siendo uno de los más respetados en el mercado.
Introducido en 1994, el Ford Power Stroke Turbo Diesel V8 de 7.3L, creado en colaboración con Navistar, se posicionó como un gigante de la industria. Con 210 caballos de fuerza y 425 lb-pie de par motor en su versión inicial, este motor rápidamente demostró ser fiable y duradero. La segunda generación, lanzada en 1999, aumentó la potencia a 250 caballos y el par motor a 505 lb-pie. Muchos propietarios informan que estos motores superan las 400,000 millas sin problemas significativos, lo que hace que el Power Stroke 7.3L sea un símbolo de fiabilidad en el mundo de las camionetas.
El Cummins 6BT de 5.9 litros, fabricado entre 1989 y 1998, es considerado uno de los motores diésel más duraderos de todos los tiempos. Su robusta construcción y sus componentes sobrealimentados le permitieron ganar la reputación de ser un motor casi indestructible. Con un par motor impresionante de 400 lb-pie en su primera generación, y mejoras que llevaron el rendimiento a 215 caballos de fuerza en su segunda generación, el 6BT es un referente. Su capacidad para resistir condiciones extremas y alcanzar el millón de millas lo convierte en la opción preferida de muchos conductores de camionetas Dodge.
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