El Maserati Grecale es la apuesta italiana en el competitivo segmento de los SUV de lujo. Su diseño es impecable, con el estilo característico de la marca, y su habitáculo transmite exclusividad. Sin embargo, Maserati arrastra una mala reputación en términos de fiabilidad, y este modelo recién llegado no es la excepción.
Al estar construido sobre una plataforma nueva, muchos conductores temen que los problemas de juventud se traduzcan en averías costosas. Aunque atrae a un público selecto por su imagen aspiracional, no es la opción más sensata en términos de durabilidad.
El Jaguar F-PACE representa todo lo que un SUV premium debería ofrecer: diseño atractivo, materiales de calidad y un rendimiento aceptable. Pero la realidad es menos glamurosa. Los problemas históricos de fiabilidad de Jaguar siguen presentes, y los costes de mantenimiento resultan prohibitivos para muchos.
Además, la complejidad de sus sistemas electrónicos convierte cualquier visita al taller en una factura elevada. Para quienes buscan un SUV de lujo, opciones como el Audi Q5 o el BMW X5 resultan más equilibradas y menos problemáticas.
Mitsubishi Eclipse Cross: un nombre que no brilla
El Eclipse Cross llegó con una imagen juvenil y moderna, pero pronto mostró sus limitaciones. A nivel de tecnología y diseño cumple lo básico, sin embargo, la conducción se siente artificial y la falta de innovación es evidente.
Mitsubishi lleva años perdiendo protagonismo en el mercado global, y este modelo refleja esa tendencia. No ofrece razones de peso para elegirlo frente a competidores más modernos y refinados, quedando relegado a un segundo plano.
El Mitsubishi Outlander ha ganado terreno en el mercado gracias a su precio ajustado y la posibilidad de contar con una tercera fila de asientos. Sin embargo, más allá de la practicidad, el modelo japonés se queda muy corto en dinamismo.
Conducción poco inspiradora, prestaciones discretas y una experiencia al volante muy alejada de lo que ofrecen rivales como Toyota o Kia lo colocan en la lista de los SUV que no destacan en nada más allá del espacio.
El Volkswagen Tiguan es uno de los modelos más vendidos de la marca alemana, pero su éxito comercial no lo libra de graves críticas. A lo largo de los últimos años ha mostrado problemas recurrentes en la transmisión, un consumo de combustible mediocre y costes de mantenimiento más altos de lo esperado.
La versión híbrida enchufable tampoco mejora la situación: los fallos eléctricos persisten y Volkswagen todavía no ha encontrado una solución definitiva. En un segmento tan competitivo, esta falta de fiabilidad hace que muchos compradores reconsideren su elección.
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