El Ford Explorer de principios de los 2000 fue un éxito en ventas, pero esa rapidez en la producción se tradujo en problemas serios. Las averías en la transmisión y el eje trasero son comunes y, aunque las piezas no son caras, las reparaciones requieren conocimientos avanzados y herramientas específicas.
Para un jubilado que busca tranquilidad y un presupuesto estable, este modelo es un quebradero de cabeza. Los costes indirectos de reparaciones repetitivas lo hacen poco recomendable frente a alternativas más modernas y fiables.
El Nissan Pathfinder de esta generación puede parecer una ganga en el mercado de ocasión, pero esconde una trampa mecánica. Su enfriador de transmisión integrado en el radiador tiende a fallar, permitiendo que el refrigerante contamine la transmisión y destruya los discos de embrague.
El resultado es una reparación muy costosa o incluso la sustitución completa de la transmisión. En la jubilación, este tipo de imprevistos pueden desajustar cualquier planificación financiera.
Un Range Rover luce impecable en la entrada de casa, pero mantenerlo puede ser un auténtico lujo forzado. Los fallos prematuros del motor y problemas en los frenos son habituales, sumados a reparaciones largas y costosas en taller.
Relacionadas
Precio del Mercedes SLS AMG Black Series 2014
Un superdeportivo de 622 caballos de fuerza que acelera de 0-60 mph en 3.5...