Lo peor: Fricción diaria y altos costos operativos
Los SUV grandes son ideales para necesidades específicas, como el remolque o el transporte de varias personas, pero en la jubilación pueden generar incomodidad y costos elevados. Estos vehículos tienen un bajo rendimiento de combustible, lo que significa que tendrás que ir a la gasolinera más seguido. Además, el acceso elevado a estos vehículos puede resultar incómodo para personas con problemas en las rodillas o caderas. El estacionamiento también es más complicado y los costos de los neumáticos e insurance son considerablemente más altos. A menos que necesites hacer remolques o viajes con varias filas de asientos, un SUV de tamaño mediano o compacto suele ser una opción más práctica y cómoda.
Puntos negativos: Mala economía de combustible, incomodidad para personas con movilidad reducida.
Lo peor: Fallos electrónicos y costos elevados
El Chevy Tahoe y el GMC Yukon de los años 2016 a 2021 son conocidos por su comodidad y capacidades de remolque, pero sus fallos electrónicos pueden generar gastos significativos. Las reparaciones de los módulos electrónicos no siempre son posibles y deben ser reemplazados. A esto se le suman reparaciones en la transmisión y problemas con el control del clima. El consumo de combustible también es elevado, lo que añade costos adicionales en cada viaje. Si no necesitas un vehículo tan grande para transportar cargas pesadas o a ocho personas, un crossover más pequeño y moderno suele ser más eficiente y económico.
Puntos negativos: Costos elevados de reparación, bajo rendimiento en combustible
Lo peor: Problemas mecánicos y alto costo de reparaciones
El Range Rover es sin duda un SUV que destaca por su presencia, pero los modelos fabricados entre 2013 y 2020 presentan problemas prematuros en los motores y en los frenos. Las reparaciones no solo son caras, sino que los tiempos de espera también son largos, lo que puede complicar la vida diaria, especialmente en la jubilación. La suspensión neumática compleja, los módulos y los sensores tienden a volverse problemáticos y caros con el tiempo, lo que hace que estos modelos no sean la opción más ideal para aquellos que buscan un SUV fiable y sin estrés.
Puntos negativos: Reparaciones costosas y demoras, problemas mecánicos recurrentes.
Lo peor: Problemas graves con la transmisión
Los Nissan Pathfinder de 2005 a 2010 son conocidos por ocultar un problema costoso en el radiador: el enfriador interno de la transmisión puede fallar y mezclar el refrigerante con el fluido de la transmisión (ATF). Esto daña rápidamente los empaques y rodamientos de la transmisión, lo que a menudo requiere una reparación o reemplazo completo. Este tipo de daño puede hacer que cualquier ahorro del precio bajo de compra se disipe rápidamente con una factura de servicio inesperada, un golpe desagradable para quienes viven con ingresos fijos y esperan mantener el mantenimiento simple.
Puntos negativos: Costosas reparaciones de transmisión, problemas inesperados.
Lo peor: Fallos en la transmisión y el eje trasero
El Ford Explorer 2002-2004 es un SUV que fue popular durante un auge de ventas, pero que adquirió una mala reputación por su configuración deficiente, lo que resultó en fallos en la transmisión y en el eje trasero. Aunque las piezas no son extremadamente caras, las reparaciones requieren herramientas y habilidades especializadas, lo que convierte una posible ganga en una factura de remolque y un largo tiempo en el taller. Para aquellos que buscan costos previsibles en su jubilación, el riesgo de reparaciones inesperadas hace que esta generación de Explorer no sea la mejor opción, especialmente cuando existen SUVs medianos más fáciles de mantener.
Puntos negativos: Costos imprevistos de reparación, complejidad de mantenimiento.
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