Aunque el Toyota RAV4 de 2006 a 2011 tiene fama de ser un vehículo fiable, también presenta inconvenientes como problemas de suspensión y fugas de aceite. A medida que los compradores buscan mejor eficiencia de combustible y funciones modernas, incluso este SUV de renombre se vuelve menos atractivo en el mercado de segunda mano.
El Kia Sorento de 2011 a 2014 ha sido afectado por fallos en el motor y el sistema eléctrico. Los elevados costes de reparación desaniman a los propietarios, mientras que los avances tecnológicos y de rendimiento de los SUV actuales hacen que estos modelos pierdan competitividad. La tendencia es optar por vehículos más nuevos y confiables.
La Hyundai Santa Fe de 2006 a 2012 es conocida por sus problemas en motor y suspensión, lo que obliga a reparaciones costosas. En un mercado donde los SUV modernos ofrecen mayor fiabilidad y confort, estos modelos antiguos pierden popularidad. Para quienes buscan actualizar su vehículo, apostar por modelos recientes con tecnología avanzada es más rentable.
El GMC Acadia entre 2007 y 2012 no se salva de los problemas. Su historial incluye fallos en la transmisión y el motor, que se agravan con los años. Mantener estos vehículos puede superar los beneficios de seguir conduciéndolos. Los conductores actuales prefieren SUV con mejor eficiencia y características de seguridad avanzadas.
El Dodge Journey de 2009 a 2016 ha sido duramente criticado por su rendimiento discreto y problemas mecánicos frecuentes. Los propietarios reportan fallos en frenos, sistema eléctrico y motor, lo que genera elevados costes de mantenimiento. Con la evolución de los SUV modernos, este modelo pierde atractivo frente a alternativas más fiables y eficientes.
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