El Saturn Vue, presentado en 2002, destacaba por su diseño atractivo y planes ambiciosos. Sin embargo, las primeras versiones sufrieron con transmisiones CVT problemáticas y suspensiones poco resistentes. Aunque funcionaba bien en condiciones ideales, las reparaciones frecuentes le dieron mala fama.
La Chevy Uplander, lanzada en 2005 para reemplazar a minivans anteriores, no cumplió las expectativas. Sus problemas eléctricos, motor débil y acabados interiores poco sólidos decepcionaron a los conductores que confiaban en la calidad Chevrolet.
Esta minivan de los años 90 acumuló muchos fans inicialmente, pero pronto se hizo famosa por sus fallos de transmisión y chasis corroído. Muchos propietarios enfrentaron reparaciones costosas y frustrantes, lo que convirtió a la Ford Windstar en un modelo poco recomendable a largo plazo.
El Jeep Commander, presentado en 2006, prometía espacio extra con su tercera fila de asientos. Sin embargo, los problemas en la transmisión, fallos eléctricos y manejo deficiente lo convirtieron en un vehículo pesado y poco ágil. Su reputación contrastaba con la robustez que caracteriza a Jeep.
Lanzado en 2009, el Dodge Journey se mantuvo en producción más de una década a pesar de sus problemas. Su tecnología obsoleta, interiores de baja calidad y motor poco eficiente lo convirtieron en habitual de las listas de “coches más poco fiables”. Aunque su diseño parecía atractivo, su desempeño dejaba mucho que desear.
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