Los autos de lujo suelen estar equipados con motores grandes y de alto rendimiento que consumen más combustible. La gasolina premium, que es más cara que la gasolina regular, suele ser necesaria para estos vehículos. Incluso cuando existen opciones híbridas o motores más pequeños, su eficiencia de combustible rara vez alcanza la de los modelos más económicos. Los propietarios que conducen frecuentemente notarán una diferencia clara en sus facturas de combustible. Con el tiempo, estos gastos pueden convertirse en una carga financiera considerable, y los aumentos en los precios del combustible solo hacen que este gasto sea más notorio.
Aunque los autos de lujo son admirados por su valor al momento de la compra, a menudo pierden este valor rápidamente. La depreciación es mucho más pronunciada en los autos de lujo en comparación con los autos estándar, ya que la demanda de autos usados de lujo suele ser más baja. Esto significa que los propietarios pueden ver cómo su coche pierde una porción significativa de su valor en solo unos pocos años. Las mejoras caras o los acabados exclusivos también tienden a no mantener su valor en el mercado de reventa, lo que puede ser una decepción para quienes esperan recuperar parte de su inversión inicial. Muchas veces, las ofertas de intercambio resultan ser mucho más bajas de lo esperado.
Los autos de lujo están diseñados con tecnología avanzada, lo que requiere un mantenimiento especializado y más frecuente. Cambios de aceite, reemplazos de frenos y alineaciones de ruedas suelen implicar productos de mayor calidad. Además, muchos vehículos de lujo exigen que se realice el mantenimiento en centros de servicio autorizados para mantener la garantía, lo que aumenta el costo. Los mecánicos independientes generalmente no cuentan con las herramientas o la formación necesaria para realizar estos trabajos. Los propietarios deben estar preparados para facturas de mantenimiento que pueden ser mucho más altas que las de los autos convencionales. Aplazar o evitar el mantenimiento adecuado puede reducir la fiabilidad y el rendimiento del vehículo.
Los autos de lujo requieren piezas especializadas que no siempre están disponibles en el mercado general. Cuando se necesita reparar el vehículo, las piezas de repuesto deben ser solicitadas a proveedores específicos o directamente al fabricante, lo que encarece considerablemente el costo de la reparación. Incluso los repuestos más pequeños, como faros o espejos, pueden tener precios sorprendentemente altos. Además, los mecánicos cualificados para manejar sistemas avanzados suelen cobrar tarifas más elevadas por su trabajo. Con el tiempo, estos gastos pueden sumar una cantidad considerable, siendo un gasto imprevisto que puede afectar el presupuesto familiar.
Una de las primeras sorpresas para los propietarios de autos de lujo es el alto costo del seguro. Debido al valor elevado y los repuestos caros de estos vehículos, las pólizas de seguro suelen ser mucho más costosas que las de un coche estándar. Las compañías de seguros también tienen en cuenta que los autos de lujo son más atractivos para los ladrones, lo que aumenta el riesgo de robo. Como resultado, los propietarios pueden acabar pagando hasta tres veces lo que pagarían por un coche común. Este costo recurrente es una parte importante de la propiedad a largo plazo, y es algo que se debe considerar antes de adquirir un vehículo de lujo.
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