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Los 5 mayores fracasos automovilísticos de la historia de Estados Unidos: ¿Tuviste uno?

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$El Cadillac ELR quiso ser la respuesta de General Motors al éxito de Tesla, pero fracasó estrepitosamente. Basado en el Chevrolet Volt, ofrecía un diseño atractivo y lujoso, pero su precio era excesivo para lo que realmente ofrecía. Los clientes no entendieron por qué debían pagar un sobreprecio frente a alternativas más baratas y tecnológicamente avanzadas. El resultado: ventas mínimas y una desaparición rápida del mercado.$

El Ford EcoSport llegó tarde al mercado estadounidense, tras varios años de venta en mercados emergentes. Esto jugó en su contra: cuando aterrizó en EE.UU., ya se percibía como un SUV desfasado. Su interior de acabados pobres y el diseño con la rueda de repuesto en el portón trasero fueron duramente criticados. En un segmento tan competitivo, su falta de modernidad lo dejó muy por detrás de rivales como el Mazda CX-3 o el Honda HR-V.

La marca Jeep siempre ha sido sinónimo de robustez y capacidad todoterreno, pero el Compass rompió con esa tradición. Con un enfoque más urbano y menos aventurero, decepcionó a los seguidores más fieles de la marca. Sus limitadas capacidades off-road y una calidad percibida inferior lo convirtieron en uno de los modelos menos queridos de la firma, aunque en generaciones posteriores logró mejorar su reputación.

El regreso del Dodge Dart generó mucha expectación, especialmente por su nombre cargado de historia. Pero lo que debía ser un sedán compacto ágil y deportivo, resultó ser un coche de prestaciones discretas. Con motores poco convincentes y un comportamiento muy alejado de lo prometido, el Dart no pudo plantar cara a rivales japoneses como el Honda Civic o el Toyota Corolla, que lo superaban en fiabilidad y eficiencia.

Inspirado en las furgonetas de reparto de los años 50, el Chevrolet HHR intentó conquistar con un diseño retro. Sin embargo, bajo el capó escondía un motor 2.2L de cuatro cilindros que se quedaba corto frente a sus rivales. Carecía de la potencia y dinamismo que el mercado demandaba, y aunque visualmente tenía cierta personalidad, su pobre rendimiento lo condenó al olvido.

$Los 5 mayores fracasos automovilísticos de la historia de Estados Unidos: ¿Tuviste uno?$

Curador: Rancez DamianRancez Damian

: El Cadillac ELR quiso ser la respuesta de General Motors al éxito de Tesla, pero fracasó estrepitosamente. Basado en el Chevrolet Volt, ofrecía un diseño atractivo y lujoso, pero su precio era excesivo para lo que realmente ofrecía. Los clientes no entendieron por qué debían pagar un sobreprecio frente a alternativas más baratas y tecnológicamente avanzadas. El resultado: ventas mínimas y una desaparición rápida del mercado.

: El Ford EcoSport llegó tarde al mercado estadounidense, tras varios años de venta en mercados emergentes. Esto jugó en su contra: cuando aterrizó en EE.UU., ya se percibía como un SUV desfasado. Su interior de acabados pobres y el diseño con la rueda de repuesto en el portón trasero fueron duramente criticados. En un segmento tan competitivo, su falta de modernidad lo dejó muy por detrás de rivales como el Mazda CX-3 o el Honda HR-V.

: La marca Jeep siempre ha sido sinónimo de robustez y capacidad todoterreno, pero el Compass rompió con esa tradición. Con un enfoque más urbano y menos aventurero, decepcionó a los seguidores más fieles de la marca. Sus limitadas capacidades off-road y una calidad percibida inferior lo convirtieron en uno de los modelos menos queridos de la firma, aunque en generaciones posteriores logró mejorar su reputación.

: El regreso del Dodge Dart generó mucha expectación, especialmente por su nombre cargado de historia. Pero lo que debía ser un sedán compacto ágil y deportivo, resultó ser un coche de prestaciones discretas. Con motores poco convincentes y un comportamiento muy alejado de lo prometido, el Dart no pudo plantar cara a rivales japoneses como el Honda Civic o el Toyota Corolla, que lo superaban en fiabilidad y eficiencia.

: Inspirado en las furgonetas de reparto de los años 50, el Chevrolet HHR intentó conquistar con un diseño retro. Sin embargo, bajo el capó escondía un motor 2.2L de cuatro cilindros que se quedaba corto frente a sus rivales. Carecía de la potencia y dinamismo que el mercado demandaba, y aunque visualmente tenía cierta personalidad, su pobre rendimiento lo condenó al olvido.