El 2002 GEM fue un intento de convertir un carrito de golf en un vehículo urbano. Con una velocidad máxima de solo 40 km/h (25 mph), este coche no podía superar las limitaciones de la regulación de vehículos de baja velocidad. Aunque su precio de $6,995 parecía atractivo, la realidad era que el GEM era completamente impráctico y no ofrecía un rendimiento aceptable. Su aspecto deslucido y sus características mínimas no lograron captar la atención de los consumidores, dejando claro que este “vehículo” nunca estuvo destinado para las carreteras.
La Alfa Romeo Giulia 2018 es un coche deportivo que destaca por su maniobrabilidad, pero esconde una serie de problemas de fiabilidad que la han convertido en una pesadilla para los propietarios. Aunque ofrece una experiencia de conducción excepcional, los fallos en la medición del combustible, las fugas de líquido de frenos y los problemas de sobrecalentamiento en el motor de 2.0L arruinaron la reputación del modelo. Los propietarios se han quejado de problemas de funcionamiento con los modos de conducción y de una fiabilidad general que deja mucho que desear. Lo que debería haber sido una joya en la carretera terminó siendo una carga.
El Triumph TR7, lanzado en 1975, es conocido por ser uno de los peores vehículos jamás fabricados. Aunque su diseño retro pudo haber llamado la atención, el TR7 era una pesadilla mecánica. Desde cortocircuitos hasta fallos en el carburador y en la bomba de aceite, este coche no solo tenía problemas mecánicos graves, sino también de seguridad. La falta de estanqueidad del techo solar convertía los días lluviosos en una experiencia incómoda, y los costosos arreglos nunca parecían acabar. Esta serie de problemas resultó en que Triumph no pudiera mantener su posición en el mercado.
El Sterling 825, lanzado entre 1987 y 1991, es un ejemplo de cómo una colaboración internacional puede salir mal. Fabricado por Austin Rover en asociación con Honda, este modelo no tardó en mostrar sus defectos. Los componentes eléctricos baratos causaban fallos constantes, la pintura no se adhería correctamente y el óxido era un problema frecuente. Estos fallos llevaron a la marca a una desaparición rápida en el mercado norteamericano. Los consumidores se sintieron engañados por la falta de calidad, lo que resultó en la retirada de los coches Sterling del mercado.
El Aston Martin Lagonda de 1974 a 1990 es conocido por ser uno de los coches de lujo más desconcertantes jamás fabricados. Con su diseño angular y futurista, parecía sacado de una película de ciencia ficción, pero la innovación terminó en su apariencia. Este sedán de alta gama fue notoriamente poco fiable, con problemas eléctricos graves que dejaban inutilizado el tablero de instrumentos o dejaban a los conductores varados. El sistema digital, en lugar de facilitar las cosas, causaba confusión, y el interior, aunque costoso, era demasiado estrecho para justificar su alto precio.
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