El Cadillac Escalade es uno de los SUV de lujo más conocidos, pero los expertos recomiendan que los jubilados lo eviten debido a su alto costo de propiedad. El lujo y los acabados premium, como los interiores de cuero y los sistemas de entretenimiento avanzados, aumentan el precio de compra y los costos de mantenimiento. Las reparaciones de estos componentes son mucho más caras que en otros modelos más convencionales. Además, el consumo de combustible y el alto costo del seguro son factores que hacen que la Escalade sea una opción menos viable para quienes buscan mantener sus finanzas bajo control durante la jubilación.
El Jeep Grand Cherokee es popular por su capacidad todoterreno, pero esta misma capacidad lo convierte en un SUV difícil de manejar para los jubilados. Los sistemas avanzados de tracción y la suspensión neumática añaden peso y complejidad, lo que aumenta los costos de mantenimiento y de seguro. Para los jubilados que no necesitan estas capacidades, pagar más por un vehículo todoterreno puede resultar innecesario y costoso. Además, las reparaciones en suspensiones más complejas y las ruedas más grandes pueden elevar el precio de las reparaciones.
El GMC Yukon, muy similar a la Tahoe, tiene un motor V8 que consume grandes cantidades de combustible y es conocido por su tecnología obsoleta en modelos más antiguos. Estos vehículos carecen de las características modernas de asistencia al conductor, como el frenado automático de emergencia o la cámara de visión trasera, que son esenciales para los conductores mayores. Además, las reparaciones en sistemas de infoentretenimiento antiguos pueden ser caras. La falta de eficiencia en combustible y el alto costo de mantenimiento son factores que pueden desajustar las finanzas de los jubilados.
Similar a la Chevrolet Tahoe, la Ford Expedition es un SUV de gran tamaño que ha sido popular entre las familias, pero no es la mejor opción para los jubilados. Su motor turboalimentado y sus sistemas mecánicos complejos pueden resultar en costosas reparaciones, especialmente en componentes como la suspensión neumática o los módulos eléctricos. Estos costos pueden afectar los presupuestos fijos de los jubilados, especialmente cuando la reparación de transmisiones o suspensiones puede costar tanto como varios meses de gastos.
La Chevrolet Tahoe es una SUV de gran tamaño que atrae a quienes buscan espacio y confort. Sin embargo, los expertos señalan que los jubilados pueden tener dificultades con su tamaño y manejo, especialmente en espacios reducidos. Además, su motor V8 consume más combustible y el peso adicional puede generar un mayor desgaste de componentes como frenos y neumáticos. La gran capacidad de remolque y las tres filas de asientos, aunque útiles, resultan innecesarias para quienes ya no necesitan esas características, lo que significa pagar por una capacidad que no se utiliza.
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