La controversia por los defectos en la dirección de varios modelos de Honda no ha terminado con la retirada de 1.7 millones de vehículos en 2024. Aunque la NHTSA consideró que la solución era suficiente, una demanda colectiva consolidada está poniendo en duda que el problema haya sido abordado adecuadamente. Según los demandantes, Honda sabía del defecto de la dirección pegajosa desde mucho antes de que la retirada fuera anunciada, lo que ha llevado a una prolongada batalla judicial. La demanda, que involucra a modelos como el Honda Civic 2022-2024, CR-V y HR-V, podría continuar hasta 2026, lo que mantiene la incertidumbre sobre el futuro de la marca.
La demanda colectiva, titulada Burgos, et al. v. American Honda Motor Company, Inc., agrupa a propietarios de vehículos con problemas en la dirección, como atrasos momentáneos o pegajosidad al girar el volante. Aunque la retirada de 2024 abordó aproximadamente 1.7 millones de autos, los demandantes afirman que la reparación ofrecida no resuelve completamente el problema subyacente. La preocupación principal es que Honda no informó adecuadamente a los consumidores sobre el defecto, lo que pone en riesgo la seguridad y afecta la confianza de los compradores.
La NHTSA inició una investigación en 2023, tras recibir quejas de conductores sobre la dirección pegajosa en varios modelos de Honda Civic y otros vehículos de la marca. El informe de retirada de seguridad publicado en 2024 identificó la causa principal como un defecto en la rueda helicoidal dentro de la caja de dirección, que se hincha debido al calor y la humedad, aumentando la fricción y provocando la sensación de una dirección pesada o pegajosa. Este defecto se había confirmado desde septiembre de 2021, lo que sugiere que Honda estuvo al tanto del problema durante un largo período antes de realizar la retirada.
Aunque la investigación de la NHTSA llegó a su fin en 2025, la demanda colectiva sigue su curso. Honda sostiene que la retirada de 2024 solucionó el defecto, pero los demandantes no están de acuerdo, lo que ha llevado a nuevos plazos judiciales. El juez André Birotte Jr. ha fijado fechas límite hasta 2026, lo que indica que el caso podría durar mucho más tiempo. La dirección pegajosa sigue siendo un problema persistente, y Honda se enfrenta a un futuro incierto mientras trata de resolver este desafío legal.

Con la demanda colectiva en curso y el defecto de dirección aún en el centro de la polémica, el caso de Honda podría tener repercusiones más allá de los vehículos afectados. La marca japonesa, conocida por su fiabilidad y seguridad, está viendo cómo su imagen se ve afectada por lo que algunos consideran un descuido de la seguridad y la falta de transparencia. A medida que el caso avance, los compradores y los reguladores estarán atentos a si Honda toma medidas más drásticas para restaurar la confianza en sus vehículos.