Antes de la despedida oficial del XK-R tal y como lo conocemos ahora, hemos tenido la oportunidad de manejarlo por última vez. La espectacular versión R de la saga XK de Jaguar sigue admirando a propios y extraños. Se trata de uno de los GT más sensacionales con los que nos podemos encontrar hoy en día, gracias a un espíritu salvaje domado a base de refinamiento y lujo. Pocos autos de 420 HP, normalmente reservados a manos expertas, son tan fáciles de manejar como este XK-R. Además, nuestra unidad de pruebas descapotable nos permitió disfrutar de la elegancia natural de un Jaguar a cielo abierto. ¿Qué más se puede pedir?

Motor V8 sobrealimentado
El XK-R cuenta con el mismo V8 que su hermano pequeño el Jaguar XK. Sin embargo, la marca británica ha sabido exprimir los 4.2 litros para subir su potencia desde los 300 HP hasta los 420 HP, gracias a un sobrealimentador Eaton. Su cifra de torque máximo, tampoco es despreciable: 413 lb-pie, por los 310 lb-pie de la variante pequeña.  Con este motor, el XK-R hace el 0 a 62 mph en 5 segundos justos y tiene una velocidad máxima de 155 mph.

El sobrealimentador no sólo permite aumentar potencia y torque, sino mantener la entrega de este último de manera constante. Una modificación en el reglaje de las válvulas de variación continua ayuda a que el V8 del XK-R logre el 80 por ciento del torque por encima de las 2,000 vueltas y hasta límites cercanos al corte de inyección, establecido en 6.200 rpm.

Otro dato destacable de este motor, es que proporciona al Jaguar XK-R una de las mejores relaciones entre peso y potencia del mercado de los convertibles más lujosos: 9.34 lb por HP.

Acoplado al motor, Jaguar añade una sensacional caja de cambios automática secuencial de seis velocidades. Puede ser manejada con levas o desde palanca, pero lo verdaderamente importante son los dos modos de gestión de la transmisión –Confort y Sport- que modifican la respuesta del cambio en función de las necesidades de manejos. La respuesta del motor a las insinuaciones del cambio es ultrarrápida: 600 milisegundos.

El chasis, muy ligero, está fabricado completamente en aluminio, lo cual le concede esa ligereza extrema que luce el XK-R. Las suspensiones, independientes en ambos ejes, poseen un tarado más firme que en la versión XK convencional. Así, los amortiguadores son un 25 por ciento más duros y las estabilizadoras, 2 mm más gruesas.

Asimismo, mantiene el sistema CATS, de amortiguación adaptativa en función de las necesidades de conducción o al estado del asfalto.

Todo el conjunto está sustentado por unos descomunales neumáticos opcionales 255/35ZR, delante, y 285/30ZR, detrás, calzados en rines de 20 pulgadas.

Divertido y fácil de manejar
Una vez conocidos todos los secretos de este Jaguar XK-R es momento de sentarnos al volante y comenzar nuestra prueba de manejo. En los cómodos butacones de cuero es sencillo encontrar una postura ergonómica, gracias a la infinidad de reglajes eléctricos con los que cuenta el auto. Una pantalla táctil, freno de accionamiento eléctrico y botón de encendido son elementos que nos recuerdan que nos hallamos ante uno de los convertibles más lujosos del mundo.

Pulsamos el botón de arranque y surge poderoso el refinado ronroneo del motor, un rumor contenido que nos pone en aviso de toda la fuerza que nos vamos a encontrar cuando pisemos a fondo el pedal del acelerador.

Una vez en marcha, decidimos exprimir los 420 HP sin miramientos. La aguja del cuentarrevoluciones sube con consistencia y nos avisa de la elasticidad del motor.En modo automático, los cambios de marchas se producen de manera inteligente e inmediata, sin cambios bruscos que afecten a nuestro cómodo manejar.

Pasamos a modo Sport, donde comprobamos cómo la relación insertada se mantiene hasta límites de giro del motor más elevados. El siguiente paso es manejar en modo manual utilizando las levas tras el volante. Mantenemos una relación hasta el corte de inyección y constatamos que llega a superar la barrera de las 6.250 vueltas. En estos momentos, el sistema de escape activo con cuatro salidas se hace notar con toda su fuerza. El cambio de relación resulta inmediato.

En carretera, se comporta con aplomo. A velocidades de crucero el sistema CATS de amortiguación se deja notar. Es un auto cómodo, pese a la supuesta dureza de suspensiones. Filtra notablemente las irregularidades del asfalto y no transmite ningún incomodo vaivén al interior del habitáculo.

En el paso por curva es razonablemente rápido. La velocidad a la llegada de cualquier giro puede ser muy elevada. Aunque el tacto del pedal de freno revela algo de falta de mordiente no hemos sentido nunca inseguridad. Tampoco por el hecho de que las suspensiones sean menos duras que en deportivos rivales, dado que, en compresión, sujetan con firmeza la carrocería sin permitir que afloren movimientos parásitos.

El control de estabilidad no da margen a las sorpresas. Para un conducción más dinámica habría que desconectarlo y comprobar cómo el tren trasero redondea las curvas siguiendo la dirección marcada por el eje delantero. La dirección es extremadamente precisa.

Interior lujoso
El precio de partida de este Jaguar XK-R convertible es de 93,700 dólares. Por esa cantidad nos hemos encontrado un vehículo más que bien cubierto en todos los apartados. Control de estabilidad dinámico, frenos de competición, barra antivuelco, medidor de presión de los neumáticos son algunos de los elementos incorporados en materia de seguridad. Luz interior adaptativa, faros bixenon con lavafaros, climatizador dual, sistema de navegación por pantalla táctil, asientos delanteros calefactables o Bluetooth cumplen de sobra con el cometido de proporcionar confort. Además, la unidad probada contaba con un sistema de sonido Bowers and Wilkins, tapicería de cuero y asientos ajustables en 16 posiciones, elementos que significan un sobreprecio de 8,000 dólares para dejar la tarifa final en 102,060 dólares.

El interior es espacioso, aunque sólo para dos adultos. La parte trasera resulta inservible para acomodar más que algo de equipaje. Los asientos son cómodos, amplios y reproducen el lujo general que se respira en el habitáculo. El tradicional cuero marca de la casa Jaguar es la seña de identidad y está brillantemente contrastado por unas inserciones de aluminio en los paneles de las puertas y la consola central.

El panel de instrumentos es excelente, con una lectura de los mismos sencilla y rápida. Todo está en su sitio y los mandos al alcance de la mano. El nuevo sistema de navegación con pantalla táctil mantiene la línea de legibilidad y usabilidad del cuadro de relojes y de la consola central. El número de funciones disponibles es profuso aunque su manejo resulta sencillo.

A cielo abierto
Si el Jaguar XK-R resulta un automóvil muy atractivo, el añadido de un techo de lona, lo convierten en un auto de muchos quilates. Su estampa con la capota quitada resulta tanto o más espectacular que la del coupé y, pese a que la parte trasera del convertible resulta más ancha que la de su hermano con techo para poder acomodar la cubierta de lona, las proporciones siguen siendo armónicas.