El Lexus ES 350 resume lujo, calidad y diseño, y en su variante F Sport ofrece un manejo más divertido de lo que podría esperarse de sus 302 caballos. Pero el apartado tecnológico podría no convencer a todos.
Por Juan García
Del odio al amor hay un solo paso, reza el viejo adagio. Y así como hay razones para odiar al Lexus ES 350, también hay otras para amarlo. En mi semana de prueba experimenté ambos sentimientos hacia un sedán que debería ser de lujo, tecnológicamente avanzado y destinado a un público sofisticado, pero en algunos de estos apartados se quedó bastante corto.
Comencemos por definir al ES 350. Se trata de un auto grande posiblemente pensado para un ejecutivo clase C que desea proyectar sofisticación y elegancia. En este aspecto, el vehículo cumple las expectativas, ya que tiene el clásico diseño nipón con líneas agresivas y cortes drásticos que te hacen dudar si estás ante un sedán elegante o deportivo; este Lexus quiere ser ambos, y lo logra.
Posee una potencia aceptable de 302 caballos de fuerza gracias a su motor de 3.5 litros y seis cilindros, que además dota al vehículo de un torque de 267 lb-ft, además de llegar de 0 a 60 millas en 6.6 segundos. Para aprovechar al máximo estas especificaciones, siempre lo manejamos en modo Sport Plus. Asimismo, la transmisión es de ocho velocidades, pero es difícil llegar a la octava velocidad si se conduce en modo manual (las levas del volante para meter cambios resultan muy apetitosas en el manejo agresivo del ES 350).
Más allá del diseño exterior y la potencia, en el interior es donde la situación se complica para evaluar el auto; uno quiere amarlo, pero el Lexus ES 350 no se deja. Al encenderlo, encontramos una animación en la pantalla principal que luce sofisticada, con una pequeña melodía que tiene el sello de Lexus. Todo muy bien, pero las desilusiones llegan cuando uno intenta tocar el panel de ocho pulgadas, porque simplemente no hay respuesta. El sistema no es táctil y para manejarlo se necesita ser “experto en touchpads”, ya que este es similar al de una laptop para ir de una opción a otra en el menú principal.
Me hubiera gustado saber cómo es posible producir un auto modelo 2022 sin pantalla táctil, pero las desilusiones continúan al intentar tener CarPlay inalámbrico: simplemente no hay. Recordemos que estamos ante un auto premium, que cuenta con WiFi integrado, y donde la opción de CarPlay es sencilla cuando se cuenta con internet dedicado, pero no, no está. Sin embargo, tiene un cargador inalámbrico para el teléfono cuya implementación es de lo mejor que he visto: está situado dentro del descansabrazos de la consola central para evitar movimientos que saquen al móvil de contacto. Entonces, uno no entiende las contradicciones de este sedán.
Otra de las características maravillosas del Lexus ES es la animación del panel de instrumentos: el círculo donde se marca la velocidad se mueve de lado a lado para mostrar más información y las animaciones digitales son espectaculares cuando se cambia de modo de manejo. Por eso es un auto que se ama y se odia; produce sentimientos encontrados.
Tras probar este coche, la conclusión no es sencilla, aunque si eres una persona a quien no le importa mucho la tecnología del infoentretenimiento este puede ser un buen auto para el uso diario. Yo soy fanático de las maravillas que me da mi teléfono, por lo tanto, no podría comprar el ES 350. No obstante, el manejo es muy bueno, pues su máquina es potente y el interior, amplio (se pueden transportar cinco adultos cómodamente en asientos de cuero de la piel más suave que se pueda encontrar).
Manejamos la versión F Sport que incluye opciones que lo hacen más deportivo, así como algunas adiciones como el cargador inalámbrico mencionado y la navegación. Su precio inicial es de $45,700 dólares; como lo manejamos, $53,770. No es el más accesible, tampoco tiene lo último en tecnología, pero sí es un placer conducirlo.
No se ha necesitado mucho para mantener al día el éxito del Lexus NX, con la calidad inherente a la marca y un diseño de avanzada. Repasamos sus claves mientras se prepara su segunda generación.
El Lexus LC 500 gana una variante Convertible con techo suave de lona. El Cupé no gana en atractivo sin perder comodidad ni empuje de su V8 de más de 450 caballos.
El Lexus ES es el sedán más vendido de la marca en el mundo; y en su variante 300h Hybrid, continúa con argumentos como amplitud, suavidad, lujo y confort, a los que suma un consumo destacado para su tamaño.