El trabajo de Mansory en la X5 empieza por un gigantesco parachoques delantero, que esconde desproporcionadas tomas de aire (cuatro), que dejan diminutos los riñones originales de BMW. Por si necesitase más aire, hay otras cuatro ranuras sobre el capó, y otro par sobre el paso de rueda trasero.
La zona trasera es algo más "discreta", con un parachoques menos burdo y con cuatro salidas de escape medianamente mimetizadas. El interior es el palacio del cuero, que se puede pedir en cualquier tono y combinación posible. Mansory pone su logotipo donde originalmente reposa el de BMW. Muchos de los apliques del kit aerodinámico son en fibra de carbono.
También cuenta con unas llantas dimensionadas a ese parachoques, exactamente de 23 pulgadas, con pisada 315/25. Se le abona a Mansory pensar en la seguridad: cuenta con unos discos ventilados de 40 mm que seguro detienen esa mole en pocos metros.
Como siempre, Mansory nos deja con la boca abierta tras conocer la senda modificación mecánica. Esta BMW perfectamente vence a la X5 M, pues su bloque V8 está preparado para rendir 670 HP. Acelera de 0 a 62 mph en 4,2 segundos y el limitador de velocidad ha sido suprimido (no indica la velocidad máxima).