Leí todo acerca de ese modelo antes de subirme a él, y quizás eso me creó algunos prejuicios. Ahora, al sentarme en él, tendría que ser mucho más crítico, no con el auto, sino conmigo mismo. Tratar de no darle importancia a la información que había recibido. El MazdaSpeed 3 me estaba esperando en la Pacific Highway del downtown de San Diego, al lado de la bahía.
Inserté la llave y dejé que el motor comenzara a sonar. Por su sonido ronco, parece que se tratara de un propulsor V8 y no un cuatro en línea, lo cual me llevó a salir con prisa del habitáculo y abrir el capó. No creía lo que me decían. La primera imagen me impactó. El radiador para el intercambiador de calor del turbo tiene las dimensiones de una mesa de comedor y ocupa gran parte de espacio. Al lado derecho, un tubo de admisión que parece una manguera de bomberos. Con estas dos visiones hay que sacar las primeras conclusiones: uno de los principales objetivos de Mazda fue que llegara mucho aire al interior del motor y mantenerlo lo más frío posible.
Básicamente se trata del motor 2,3 litros de cuatro cilindros que ya conocemos, pero ahora se ha montado un sistema de inyección directa de combustible y un turbo del tamaño de un balón de la NBA. Con estos cambios, consigue una potencia máxima de 265 HP a 5.500 rpm y 280 lb-ft de torque a 3.000 giros. Para hacernos una idea de lo que representa esta cifra de par, basta decir que el BMW M3 de actual generación, con un motor V8 y 4 litros de cilindrada, ofrece un poco más de 290 lb-ft a 3.900 rpm. El valor que ofrece el Mazda es muy alto para un motor turbo e imposible de lograr en uno normalmente aspirado, si tenemos en cuenta su cilindrada.
Volví al interior y pisé un poco el acelerador. El sonido pasó a ser más ronco y grave. El clutch tiene un tacto seco, deportivo y con un recorrido útil muy limitado y es fácil que el motor se detenga al intentar iniciar la marcha con un régimen bajo de vueltas, como efectivamente sucedió.
ARRIBA EL LADO SALVAJE
Circulaba por la avenida que rodea la bahía de San Diego y un auto con motor V8 y nombre de caballo se situó a mi lado. Su conductor pisó levemente el acelerador y entendí perfectamente el mensaje que me enviaba. Le correspondí con lo que él quería. Lo engañé un poco y me puse a tocar el sistema de sonido con bocinas Bose. Pensó que no iba a entrar en el juego, pero con mi ojo izquierdo estaba mirando el momento en que la luz del semáforo se pusiera en verde.
Había puesto primera y estaba con el clutch a medio recorrido. Lo solté, aceleré a fondo y de inmediato observé por el retrovisor derecho. Aceleramos hasta 96 km/h y el del V8 siempre estuvo atrás. Este Mazda con piel de cordero se convertía en un depredador que acababa de devorar a un equino. Fueron las primeras sensaciones que me dejó y todavía faltaba lo mejor. Entré a la Interestatal 5.
En la rampa de acceso observé cómo un auto se aproximaba. Iba en tercera a 60 km/h, pisé a fondo y mi espalda chocó con violencia contra los asientos (con excelente sujeción lateral), el auto salió disparado y sin un solo problema en la entrada de la autopista. Otro vehículo quedó atrás. Según Mazda, acelera de 0 a 62 mph en 5,8 segundos; es decir, seis décimas menos que un VW Golf R32 con caja DSG, una décima y media más que el Impreza WRX (no al STi), con tracción integral, y supera al Porsche Cayman S con cambio Tiptronic (no al mecánico) y 295 HP.
En las limitadas freeways de California quise seguir explorando lo que ofrece el MazdaSpeed 3, y noté que en mi vida había manejado un auto tan firme de suspensión como éste. ¿Un Ferrari? ¿Un Porsche? No. Son más suaves. Un Lotus, también. ¿Un Lamborghini?, tampoco. Este Mazda es firme, rígido, extremadamente deportivo. El auto gira plano en todo momento y se siente absolutamente todo lo que ocurre entre el piso y el auto. Si pisas una moneda, esa información llega al conductor. Con esta suspensión no es un auto de compromisos, sino un deportivo de la más pura raza. Preciso, estable, comunicativo. Todo lo que un auto radicalmente rabioso debe tener y todo lo que una marca joven debe ofrecer en un carro que está llamado a estar en la cima de los GTi.
No sé si corre mucho o no. Lo intenté, pero la policía apareció. Mazda dice que llega a 250 km/h y me lo creo. Tiene un desarrollo en sexta de 41 km/h por cada 1.000 revoluciones, lo que quiere decir que a 6.000 vueltas va a 246 km/h reales, y a ese régimen todavía le queda respuesta.
¿FLAQUEZAS?
Pero me llamó mucho la atención el motor, por su potencia y por su forma de entregarla. Éste no es el típico propulsor con turbo grande cuando gira a pocas vueltas. Es decir, no se nota un retraso en la entrega de potencia, pero tampoco llega de manera súbita y repentina. Es más etéreo en ese sentido. Sí se nota que el turbo es muy grande cuando el motor sobrepasa las 6.000 revoluciones.
En ese momento, tanta cantidad de aire genera mucha presión al interior de los cilindros y el motor se nota “ahogado”. Ésta es una situación común en este tipo de propulsores. No se puede tener todo. La potencia es siempre enorme, desde 2.000 revoluciones empuja con una fuerza impresionante, y se puede ir en sexta velocidad (el cambio resulta un poco lento) a este régimen con la tranquilidad de que responderá de manera inmediata ante cualquier solicitud del conductor.
Y quizás en los frenos encontramos el punto más débil. Funcionan muy bien en frío, con temperaturas de trabajo bajas, pero una vez que son sometidos a una fuerte labor, la fatiga llega y la capacidad de frenado disminuye. Para conducción rápida no hay problema, aunque serían bienvenidos unos discos mayores, ventilados y aligerados. Pero no hay que olvidar un detalle muy importante: el precio.
Al MazdaSpeed 3 lo encontramos desde $23,310 dólares, rango de precios en el cuál ningún otro auto, se acerca a esta relación precio/potencia. Si lo comparamos con autos de la misma potencia, la ventaja en precio es abismal. Un Lancer Evolution X de 291 HP, por ejemplo, arranca en Florida con un valor de $ 32,990 dólares.
La apariencia del auto es básicamente la misma de un Mazda3 de serie, con un cierto aire tuning sobrio principalmente por sus rines de 18 pulgadas (ausentes del logo de Mazda), los alerones más bajos y el paquete aerodinámico. Al ver cómo un compacto japonés se mueve de tal manera, muchos pensarán que están soñando (como seguramente le pasó a nuestro amigo del pony).
El interior, conserva también el mismo estilo del Mazda3 2,3 litros, pero tiene algunos detalles que denotan su carácter deportivo, especialmente los asientos tipo cubo. Los materiales no son malos, pero abunda el polímero duro como es acostumbrado en los autos de entrada de una marca generalista. La lista de equipamiento no sorprende pero es suficiente: 6 airbags, dirección electroasistida, sistema de audio firmado por Bose, aire climatizado, sensor de lluvia y de luces y navegador como opción. Sinceramente, una vez que escuchas el rugido de su motor, esto pasa a segundo plano y cuando lo pones en marcha, te olvidarás por completo que existen estos aditamentos y te daría lo mismo si tuviera vidrios manuales y radio con casetera.
La conclusión de Myautomovil
Es un auto para los verdaderos amantes de los autos, que buscan mucha potencia e increíble diversión en su conducción y que no echarán de menos los acabados ni el nivel de equipamiento (aunque no le falta nada) de un auto premium. Todo esto en un empaque deportivo que hace honor y gloria al apodo de ‘cohete de bolsillo’.
Una vez presentado el ‘upgrade’ del Mazda3 2010 -primero el 3 sedán en Los Ángeles, luego HB europeo en Bolonia, y recientemente la misma carrocería con especificaciones norteamericanas-, le llega el turno al más rabioso de la gama, el MPS, y curiosamente al modelo opuesto, el iStop, totalmente inédito en Mazda. Serán las estrellas de la firma nipona en el Geneva Auto Show.
Mazda quedó en deuda al momento de publicar las primeras fotos oficiales de la siguiente generación del Mazda3, pues las imágenes sólo mostraban a la variante sedán y nos dejaron en ascuas con el hatchback y la versión más deportiva de este, el MPS. Pero esto no ha sido un impedimento para que hoy te mostremos los spy shots de este último. Pinta muy bien.
Te presentamos las primeras imágenes de la segunda generación del Mazda3 modelo 2010 que saldrá a la venta en el segundo semestre del 2009. Las líneas que se dejan entrever tras el camuflaje muestran que este compacto deportivo tendrá el mismo gen que caracteriza al Mazda6 2009 que ya hemos probado.