En un movimiento poco habitual dentro de la industria, Dodge ha rebajado el precio del Charger Daytona Scat Pack 2026 de 64.995 a 59.995 dólares, lo que representa un descuento del 8,3 %. Esta reducción coloca al modelo apenas 2.000 dólares por encima del desaparecido R/T, que costaba 57.995 dólares, a pesar de que el Scat Pack ofrece 670 CV frente a los 496 CV del R/T.
El recorte responde a una realidad innegable: nadie quiere un muscle car eléctrico sin motor V6 o V8. La estrategia inicial de Dodge con el Charger EV, presentado como el heredero natural de los míticos “muscle cars” estadounidenses, no ha calado entre los entusiastas más puristas. Muchos clientes siguen prefiriendo el Charger Sixpack con motor biturbo de 3.0 litros, que cuesta 54.995 dólares y ofrece 550 CV, aunque con un planteamiento más tradicional.
Otro golpe duro para el Daytona es la pérdida de incentivos fiscales. Hasta ahora, el modelo era elegible para un crédito de arrendamiento de 7.500 dólares, pero con la eliminación del programa bajo la administración de Donald Trump, el atractivo económico del eléctrico se reduce todavía más. En otras palabras, la rebaja de precio no compensa la pérdida de ayudas.
Lo más preocupante es que, según las filtraciones de CarsDirect, el modelo 2026 no incluirá mejoras notables en equipamiento ni tecnología respecto a la versión anterior. Esto refuerza la percepción de que Dodge solo intenta mantener a flote un producto que todavía no ha encontrado su lugar en el mercado.
El Charger EV debía ser el inicio de una nueva era, un muscle car eléctrico capaz de unir tradición y futuro. Sin embargo, la caída en ventas y la resistencia de los compradores a renunciar al rugido del motor de combustión hacen que Dodge se enfrente a un dilema: apostar por la electrificación o volver a sus raíces mecánicas para sobrevivir en el segmento más pasional del automóvil.
Subaru Outback del 2025 una combinación casi perfecta, entre un SUV y un Station Wagon.