Javier Fueyo

Aunque la mayoría de las miradas se centraron el espectacular carro deportivo de Lexus el LF-A, el Nissan GT-R sumum de la radicalidad japonesa tenía una cita con su auto show. Esta cita no era otra que mostrar su nueva cara como modelo 2010. Ni fue profunda ni profusa. Apenas sutiles cambios para el deportivo de raza japonés, que, sin duda, no pasarán desapercibidas para los más conocedores del carro.

Entre los cambios más relevantes que la marca nipona ha introducido en el GT-R se encuentra una configuración diferente para la suspensión, en donde la calibración se ha cambiado para darle a los pasajeros una mayor comodidad, sin perder un ápide del  tacto y precisión de un carro tan deportivo como este. Otro cambio relativo a las suspensiones, lo hemos visto en las del eje trasero cuya rigidez ha aumentado.

La respuesta del propulsor de doble turbo ha sido mejorada según la marca en bajo y medio régimen. Ahora un difusor trasero que era empleado para refrigerar la parte baja trasera del GT-R es de serie, antes era una opción en el tope de gama, el Spec-V.

Con estos cambios mecánicos y de chasis, imperceptibles como decimos para el ojo no experto, el Nissan GT-R apunta a una mejora de prestaciones notable. La atención mundial se haya centrado en el Lexus LF-A, su próximo rival dentro del segmento de los carros más rabiosamente deportivos, pero nosotros aquí anticipamos que, con los cambios realizados por Nissan, el GT-R, pobablemente el mejor carro del mundo, con permiso del Corvette ZR1, por radicalidad precio, hablará en la pista. Estamos ansiosos de verlos en Nurburgring, al Lexus LF-A, de quien ya hablan maravillas, y al nuevo GT-R 2010. ¿Podrá alguno de estos dos japoneses convertirse en el carro de producción más rápido de la historia?