El Ford Taurus, que se consideraba un sedán familiar confiable, sufrió graves problemas con su transmisión durante los años 2003-2006. Los convertidores de par defectuosos y las fallas frecuentes dejaban a los conductores varados antes de los 80,000 kilómetros. Si alguna vez poseíste un Taurus de esta época, probablemente viviste con la incertidumbre de saber si el coche arrancaría correctamente o si necesitarías una visita al mecánico justo después de encenderlo.
Lo peor: Fallos frecuentes de la transmisión que dejaban a los propietarios con un sedán familiar poco confiable y muy costoso de reparar.
El Buick Rendezvous, un crossover que prometía estilo y funcionalidad, terminó siendo un desastre cuando se trataba de su transmisión 4T65-E. Este vehículo experimentaba cambios bruscos, fallos repentinos y una fiabilidad general deficiente, lo que lo convirtió en un habitual en los talleres de reparación. Los propietarios se veían atrapados en un ciclo de esperanzas frustradas, esperando que el coche funcionara sin problemas, solo para que la transmisión los dejara varados una vez más.
Lo peor: Cambios de marcha incómodos, fallos inesperados y una fiabilidad que dejaba mucho que desear.
El Mazda CX-7, un SUV con diseño deportivo, se convirtió en una pesadilla para sus propietarios debido a su transmisión propensa a fallar. Los cambios bruscos y las fallas completas de la transmisión eran comunes, especialmente en los modelos de mayor kilometraje. El CX-7 se hizo famoso por ser un vehículo impredecible y caro de mantener, lo que dejaba a los propietarios preguntándose si “Zoom-Zoom” era solo una metáfora para describir lo rápido que se esfumaban sus ahorros en reparaciones.
Lo peor: Cambios bruscos, fallos de transmisión y una fiabilidad general baja que convertían cada viaje en una incertidumbre.
El Lincoln Aviator, aunque inicialmente se posicionó como un SUV de lujo, no pudo evitar los problemas con su transmisión 5R55S. Esta caja de cambios presentó fallas frecuentes debido a problemas con los solenoides y los embragues. Los propietarios se enfrentaban a reparaciones costosas, a menudo más caras que el valor de reventa del vehículo. En lugar de ser un “aviador” elegante, el Aviator era más bien un avión en tierra, siempre con la nariz apuntando hacia el taller.
Lo peor: Reemplazos de transmisión costosos y problemas recurrentes que hacían que la experiencia de lujo fuera todo lo contrario.
El Chrysler Sebring es uno de esos coches que te hace cuestionar si el cambio de marchas era solo una ilusión. Entre los años 2001 y 2006, este modelo se hizo famoso por sus problemas de transmisión, especialmente por los cambios bruscos, los deslizamientos de marchas y las fallas tempranas. Los propietarios se encontraban constantemente en el taller, ya que la transmisión automática del Sebring tenía la costumbre de dejar de funcionar de manera prematura, provocando que muchos conductores tuvieran que enfrentarse a costosos reemplazos de la caja de cambios.
Lo peor: Cambios bruscos, deslizamientos de marchas y fallas tempranas que lo convirtieron en un coche conocido por sus constantes visitas al taller.
Relacionadas
Precio del Mercedes SLS AMG Black Series 2014
Un superdeportivo de 622 caballos de fuerza que acelera de 0-60 mph en 3.5...