El BMW i8 es un coche futurista que parecía un prototipo de salón llevado a producción. Sus puertas de tijera, carrocería esculpida y chasis de fibra de carbono lo hacen parecer más caro de lo que es. En el mercado usado se puede encontrar por unos 34.000 dólares.
Aunque su motor de tres cilindros turbo más propulsión eléctrica no lo convierte en el más veloz de la lista, sí es uno de los más llamativos. Su diseño atemporal y su carácter híbrido lo convierten en un coche único para quienes buscan exclusividad sin gastar una fortuna.
El Audi R8 de primera generación fue un auténtico shock en su lanzamiento: un coche de carreras para la calle, con motor central, chasis de aluminio y diseño inspirado en Le Mans. Hoy se encuentran unidades por unos 30.000 dólares, un precio sorprendente para un superdeportivo puro.
Su motor V8 de 420 CV, junto a la opción de cambio manual, lo convierten en un coche que muchos consideran ya un clásico moderno. Es posiblemente la forma más asequible de tener un verdadero icono de superdeportivo.
El Jaguar F-Type recupera la esencia del legendario E-Type con un diseño que mezcla elegancia y agresividad. Su largo capó y proporciones musculosas lo convierten en un coche que parece mucho más caro de lo que cuesta en el mercado de ocasión.
Con motores V6 o incluso V8, ofrece un sonido espectacular y una dinámica de conducción que equilibra confort y deportividad. Disponible por poco más de 22.000 dólares, es una de las compras más emocionales de esta lista.
El Cayman de las generaciones 987 y 981 ofrece un equilibrio perfecto gracias a su motor central y a su chasis afinado en pista. Con un precio medio de apenas 20.000 dólares, es una de las formas más accesibles de entrar al mundo Porsche.
En versiones S o GTS, su comportamiento es pura precisión alemana: dirección comunicativa, cabina de calidad y sensaciones que lo acercan a superdeportivos mucho más caros.
Diseñado por Pininfarina y con un V8 de origen Ferrari, el GranTurismo es uno de los GT más bellos de la última década. Nuevo superaba los 100.000 dólares, pero hoy se puede encontrar por unos 18.000. Su sonido de escape y sus proporciones clásicas lo convierten en un exótico italiano que nunca pasa desapercibido.
Eso sí, su mantenimiento no es barato, pero a cambio tendrás una experiencia emocional cada vez que gires la llave, algo que pocos coches pueden ofrecer en este rango de precio.
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