El Volkswagen Passat tiene una apariencia sobria y competente, pero por debajo de su diseño parece ocultar una larga lista de problemas mecánicos. El principal inconveniente es la transmisión DSG, que suele tener cambios bruscos, fallos en la válvula de la transmisión y reparaciones costosas. También se reportan problemas eléctricos, desde sensores defectuosos hasta fallos en los reguladores de las ventanas. Aunque es un coche que se conduce de manera agradable y tiene un interior espacioso, los problemas de fiabilidad se presentan con una constancia que a muchos conductores les resulta frustrante.
El Audi A6 es conocido por su elegante exterior y su interior cómodo, pero debajo del capó es un coche que a menudo sufre de fallos en la suspensión neumática, problemas electrónicos y fallos en la cadena de distribución. Los motores turboalimentados también son propensos a consumo de aceite y fallos en los tensores de la cadena de distribución. Aunque es un excelente coche para viajar, una vez que los problemas comienzan a acumularse, el mantenimiento se vuelve muy costoso. Es un coche que, si bien puede ser cómodo y lujoso, también es conocido por su fiabilidad inestable.
La BMW 5 Series de esta generación promete una experiencia de conducción de lujo con motores potentes y un manejo preciso. Sin embargo, a medida que este coche envejece, sus componentes complejos comienzan a presentar fallos recurrentes. Entre los problemas más comunes se encuentran fallos en los turbos, fugas de aceite, debilidad en el sistema de refrigeración y fallos electrónicos costosos. El mantenimiento de un BMW 5 Series es caro debido a la naturaleza de sus piezas de alta gama. Cuando todo funciona bien, es un coche impresionante, pero cuando fallan sus sistemas, los costes de reparación son tan dramáticos como su diseño.
Al igual que el Fiesta, el Ford Focus de esta generación también sufre con la transmisión de doble embrague. Aunque su diseño es más refinado, los problemas de fallos en la transmisión y cambios bruscos se volvieron notorios. Los propietarios experimentaron continuos fallos electrónicos y montajes de motor defectuosos que causaban dolores de cabeza adicionales. Las frecuentes reparaciones necesarias y las soluciones temporales sin éxito dejaron a muchos conductores frustrados. El Focus puede ser un excelente conductor cuando funciona correctamente, pero cuando no lo hace, los costes de reparación pueden ser elevados y constantes.
El Ford Fiesta fue en su momento el favorito de aquellos que buscaban un coche pequeño, eficiente y divertido de conducir. Sin embargo, el modelo sufrió de problemas con su transmisión de doble embrague, lo que llevó a fallos en los cambios, sacudidas a bajas velocidades, y el retraso en la respuesta del embrague. Estos problemas se hicieron tan frecuentes que la transmisión se convirtió en una de las mayores quejas de los propietarios. Además, la calidad interior del Fiesta no ayudó a mejorar la experiencia de conducción. Técnicos y propietarios han señalado que, aunque este modelo promete diversión, termina siendo más una compromiso de presupuesto que una verdadera opción entretenida.
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