Honda suele reservar funciones realmente útiles, como el monitor de ángulo muerto, para versiones más caras o paquetes opcionales. A primera vista parecen coches bien equipados, pero si quieres un nivel de seguridad y confort acorde a lo que pagas, tendrás que desembolsar varios miles de euros extra. Una estrategia que muchos compradores califican de engaño comercial.
En los últimos años, Honda ha sufrido problemas de inventario y retrasos en la producción. Esto, sumado a la alta demanda, ha provocado que muchos concesionarios apliquen precios por encima del valor oficial (MSRP). En consecuencia, comprar un Honda hoy puede salir más caro de lo esperado, reduciendo su atractivo frente a otras opciones del mercado.
Uno de los puntos más criticados es el sistema de climatización. En verano, el aire acondicionado no siempre enfría lo suficiente, y en invierno la calefacción tarda demasiado en responder. Para una marca que presume de calidad y confort, esta inconsistencia en el control de temperatura resulta decepcionante.
Más allá de la Honda Odyssey, pocos modelos de la marca ofrecen la versatilidad necesaria para familias numerosas. El maletero suele ser justo y la modularidad interior limitada. Si buscas un coche para viajes familiares, prácticas deportivas o escapadas de fin de semana, es posible que un Honda se quede corto.
Los sedanes y SUV compactos de Honda suelen ofrecer menos espacio que rivales directos como Toyota o Hyundai. Para conductores altos y familias con niños, los trayectos largos pueden convertirse en una experiencia incómoda. Ese diseño compacto del habitáculo resta atractivo frente a competidores que priorizan amplitud.
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