El Dodge Challenger no necesita presentación. Su silueta retro, musculosa y desafiante lo convierte en un icono instantáneo. Con un precio mucho más accesible que un superdeportivo europeo, ofrece una presencia imponente y un carácter único, incluso en sus versiones más básicas. Pocas veces un coche tan dramático ha estado tan cerca de los bolsillos de un comprador común.
El Lexus RC 350 es una rara avis en su segmento. Combina un diseño afilado, marcado por la imponente parrilla “spindle grille”, con una cabina de primera calidad llena de tecnología y confort. Desde fuera parece tan exclusivo como modelos mucho más caros, pero con la fiabilidad y la precisión japonesa como valor añadido. Un coupé que sorprende tanto por su estética como por su relación calidad-precio.
El 124 Spider nació sobre la base del Mazda MX-5, pero recibió un diseño 100 % italiano que le da carácter propio. Con curvas suaves y un frontal diferenciado, es un descapotable ligero, ágil y muy divertido de conducir. Además, incorpora un motor turbo que le da un extra de picante, todo ello con un aire exótico que hace olvidar que lleva un emblema Fiat en el capó.
El SLK350 ofrece la calidad y la presencia de un Mercedes deportivo en un formato más accesible. Su techo duro retráctil le da la silueta de un coupé elegante, mientras que sus proporciones equilibradas transmiten dinamismo y solidez. Es un descapotable que combina comodidad, practicidad y estilo, con un aire de exclusividad a un precio mucho más razonable que otros roadsters de lujo.
El Jaguar XK (X150) es un coupé de líneas fluidas y proporciones largas que derrocha distinción. Desde ciertos ángulos recuerda incluso a un Aston Martin, pero con un coste bastante menor. Su estilo clásico y refinado lo convierten en un coche perfecto para quienes buscan lujo y dramatismo sin necesidad de pagar cifras astronómicas.
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