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Las 5 marcas de coches con peor reputación en la carretera

Album 1

Curador: Rancez DamianRancez Damian

: Toyota es líder global en fiabilidad y ventas, pero también aparece en el top de incidentes: 29,09 por cada 1.000 conductores en 2024. La explicación está en la enorme base de usuarios. Muchos ven en un Toyota un simple electrodoméstico con ruedas: práctico, barato y sin pasión por conducir. Esa falta de implicación hace que se perciba a sus conductores como distraídos o inseguros, especialmente en modelos como el Corolla o el Camry.

: Hyundai ha ganado terreno con modelos modernos y fiables, pero no escapa de la estadística. Sus conductores aparecen con 25,47 incidentes por cada 1.000. Gran parte de las críticas se centran en el Elantra, cuyos usuarios –según la percepción popular– conducen como si todos tuvieran la versión deportiva N. Esto genera frustración en carretera, al dar la sensación de querer exprimir prestaciones que muchos de sus modelos no poseen realmente.

: La división premium de Nissan ha sido señalada como una de las más problemáticas. En 2024 sus conductores registraron 29,37 incidentes por cada 1.000, especialmente en estados como Hawái y Rhode Island. La percepción generalizada es de conductores que zigzaguean a más de 160 km/h, confiando demasiado en la agilidad de sus coches. Un exceso de confianza que, en muchas ocasiones, acaba en siniestros.

: Aunque Lexus es sinónimo de lujo japonés, sus conductores no se libran de la polémica. Con 26,73 incidentes por cada 1.000 conductores, se les asocia con poca agilidad y cierta falta de conciencia en la vía. Los modelos ES y RX suelen protagonizar comentarios sobre lentitud y conducción despistada. Una paradoja para una marca que presume de refinamiento y fiabilidad.

: BMW presume de ser “la máquina definitiva de conducir”, pero sus conductores arrastran una reputación poco envidiable. Con 26,82 incidentes por cada 1.000 conductores, se mantienen en la parte alta del ranking. La crítica más recurrente: la ausencia del uso de intermitentes y una actitud percibida como arrogante. Muchos lo atribuyen a la potencia de sus modelos y a una sensación de superioridad en carretera.