El pequeño Corsa, diseñado para ser económico, termina siendo una fuente de problemas. Según el Honest John Satisfaction Index 2025, un 25% de los propietarios de versiones eléctricas reportaron problemas, mientras que los de gasolina alcanzaron un 14%. Averías frecuentes hacen que este coche sea poco recomendable para quienes buscan bajo mantenimiento.
El Evoque es un ejemplo de estilo sobre sustancia. Con un 37% de vehículos reportando fallos, se considera el modelo más problemático de Land Rover. Muchos de los coches con averías permanecieron fuera de servicio más de siete días, lo que demuestra que el diseño atractivo no siempre acompaña a la fiabilidad.
Esta generación de la E-Class sufrió una pérdida notable de calidad respecto a sus predecesores, con componentes propensos a la oxidación. La combinación de averías frecuentes y reparaciones costosas hizo que la experiencia de propiedad fuera menos satisfactoria, manchando la reputación de Mercedes durante finales de los 90.
Leyenda del todoterreno, pero poco eficiente en ciudad. El Wrangler obtiene una puntuación de fiabilidad de 3,5/5, y la probabilidad de reparaciones graves es del 16%, por encima de sus competidores. Sus sistemas mecánicos robustos fuera del asfalto se traducen en inconvenientes cotidianos y mantenimientos más frecuentes de lo esperado.
El BMW 328i está en la lista de pesadillas de muchos talleres. Su motor N20 de cuatro cilindros con turbo tiene componentes de distribución que se desgastan rápidamente, lo que convierte mantenimientos rutinarios en reparaciones costosas. Además, la complejidad electrónica del modelo aumenta los puntos de fallo y eleva los gastos de reparación.
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