Luego de recibir una puesta al día, probamos la GMC Canyon 2021 en su variante AT4 ¿Realmente justifica el precio extra sobre la Chevrolet Colorado? Es lo que nos disponemos a responder.
Si bien el segmento de grandes ventas es el de las pick-ups de tamaño grande, un poco más abajo en tamaño, entre las pick-ups medianas, la competencia es también bastante interesante. Aquí los consumidores son más abiertos a las marcas foráneas (aunque al final todas las competidoras se fabrican en Norteamérica), como muestra el reinado de la Toyota Tacoma (238,805 unidades en 2020). Sin embargo, luego de muchos años de ausencia Ford se animó a traer de vuelta la Ranger, con buenos resultados (101,485 unidades).
Sin embargo, si combinamos las ventas de las dos representantes de General Motors, la Chevrolet Colorado y la GMC Canyon, ponen en entredicho el segundo lugar de la Ranger, con un combinado de 121,428 ventas. Tal como ha sido desde que se lanzaron ambas en 2003, como reemplazo de las Chevrolet S-10 y la GMC Sonoma, la Colorado y la Canyon comparten bastante entre sí, empezando por la base y la gama motriz. Sin embargo, nos enfocamos en desentrañar las diferencias, con el fin de determinar si son suficientes para justificar el sobreprecio de la GMC.
Esta generación se perfila ya para el ocaso de su vida comercial, pues se presentó a inicios de 2014, aunque no es ni de lejos el modelo más longevo de su categoría (sí, te hablamos a ti, Nissan Frontier). GM ha hecho un mejor trabajo en esta generación para diferenciar a la GMC Canyon de la Colorado, además de los ligeros toques que reciben para este 2021. Sí, todavía comparten algunos paneles de la carrocería, como es el caso de las puertas, pero en la GMC los pasos de rueda remarcan su musculatura vía una línea de carácter que los rodea. También hay un cofre distinto y, por supuesto, un frente totalmente diferenciado.
Para el año modelo 2021, fascias, parrilla y faros de la GMC Canyon cambian para parecerse más a la última generación de su hermana mayor, la Sierra. La parrilla se extiende hace abajo y se inserta en la defensa, con un ligero adelgazamiento hacia su parte final. GMC ha cambiado su denominación “All Terrain” por “AT4” para distinguir a sus modelos más capaces fuera del asfalto, quizá para que no haya confusiones con la Crossover Terrain. Esto significa que recibe neumáticos para todoterreno de 31 pulgadas Goodyear Wrangler Duratrac, con rines más útiles de 17” (en los modelos Denali llegan hasta 20”).
En el paquete AT4, que es el que nos tocó manejar, la GMC Canyon se deshace de la mayoría de los acabados cromados en favor de detalles en negro y cromo oscuro, incluyendo las puntas de escape en negro brillante. También van a encontrar otros detalles pensados para caminos complicados además de los neumáticos. Hay detalles como una suspensión elevada una pulgada, un diferencial electrónico trasero de deslizamiento limitado, placas de deslizamiento en los bajos al frente y atrás, control de descenso de pendientes, control crucero o arranque remoto o ganchos de arrastre pintados de rojo. Otros elementos incluyen retrovisores calefactables y portezuela trasera asistida.
El interior se ha revisado para dar una sensación de mayor calidad, pero todavía hay puntos a mejorar. Si desean espacio trasero, tienen que optar sí o sí por la doble cabina, pues la banca de la cabina extendida es poco útil. En el equipamiento, el modelo AT4 incluye de serie climatizador, asientos delanteros calefactables, volante forrado en cuero y vistas en aluminio. Las vestiduras de piel son opcionales y vienen en paquete con la pantalla de 8” para el infoentretenimiento (7” de serie). También se puede agregar volante con calefacción, revestimiento para el suelo de la cabina, tapetes multiclima, servicio OnStar, Hotspot 4G LTE Wi-Fi, o un sistema de sonido Bose. Las luces LED son de serie en toda la gama, salvo en el modelo de acceso Elevation Standar.
En el tema de tecnología, está disponible con radio satelital SiriusXM, cámara trasera, navegador, Apple CarPlay, Android Auto y Amazon Alexa y cargador inalámbrico por inducción. En seguridad encontramos seis bolsas de aire, paquete Teen Driver, StabiliTrak y monitoreo de presión de llantas. Y en sistemas de asistencia a la conducción, además del asistente de estacionamiento, encontramos advertencia de cambio de carril y alerta de colisión frontal. Parece que tendremos que esperar a la siguiente actualización para tener otros elementos disponibles.
De la Colorado, la GMC Canyon también repite su oferta de motores. El básico es un cuatro cilindros 2.5 l de 200 hp y 191 lb-pie, con una transmisión de ocho cambios, pero no lo encontrarán disponible en los modelos Denali o AT4. Más arriba encontrarán el V6 3.6 l de 306 hp y 275 lb-pie de par, con una transmisión automática de ocho velocidades que le otorga un buen empuje, aún contra modelos turboasistidos. También está el L4 2.8 l Duramax Turbodiésel de 181 hp y 369 lb-pie, pero con una caja automática de seis relaciones, que le brinda un comportamiento inesperadamente suave.
El L4 tiene un consumo homologado de 19 mpg en ciudad (8.08 km/l) y 24 a 25 mpg en carretera (10.2 a 10.6 km/l), según sea 4X2 o 4X4. El motor V6, con desconexión de cilindros, declara un consumo de 17 millas por galón en ciudad (7.2 km/l) y 24 mpg en carretera (10.2 km/l), mientras el motor diésel mejora un poco las cosas, con 19 mpg (8.08 km/l) en manejo urbano y 28 mpg en carretera (11.9 km7l). Dependiendo del motor y el sistema de propulsión seleccionado, la capacidad de remolque puede ir de 5,500 hasta 6,200 lb (2.49 a 2.81 toneladas), mientras que la capacidad de carga va de 1,347 a 1,531 libras (611 a 694 kg).
Si por algo se ha destacado GM es por el buen manejo de sus modelos de carrocería sobre bastidor; y la GMC Canyon no es la excepción. Como ocurre habitualmente con las pick-ups del consorcio, la Canyon muestra un buen pulimento de la suspensión en caminos asfaltados, incluso en modelos como este AT4 o los Chevrolet Z71. Fuera de la carretera, tampoco es que sea un conquistador de la Baja 1000, pero el mejor agarre de los neumáticos, la reductora y el mayor despeje al suelo justifican plenamente el costo adicional sobre variantes básicas, o más pensadas para terrenos menos accidentados. El V6 tiene un empuje lineal y enérgico, gracias al cual no extrañarán un turbocompresor, a menos mientras no tengan que repostar. Pero hay pequeños sacrificios que valen la pena. Si van a acumular muchas millas a velocidades medias, el diésel es una opción, pero no una barata -hablamos de esto más adelante-.
Los modelos Elevation Standar, Elevation y Denali se pueden elegir con propulsión sencilla o 4X4, mientras que la AT4 es exclusivamente 4WD. Los modelos superiores de doble cabina (Denali, AT4) vienen exclusivamente con caja corta (única opción para la Denali 4X2), mientras que la caja larga sólo se consigue con cabina extendida en estos casos. Opcionalmente pueden agregar revestimiento de la batea aplicado con spray o estribos (de serie en Denali), que afectan la capacidad off-road en la AT4.
La GMC Canyon Standar Elevation 2021 inicia en $26,400 dólares, no muy arriba de la Colorado, que arranca en $25,200 dólares. Optar por la doble cabina añade unos $1,900 dólares a la etiqueta. El modelo Elavation a secas ya sube a $30,000. Como ocurre habitualmente, la diferencia la marcan los extras, como el paquete de iluminación ($2,295), paquete de energía ($1,850), escape de alto rendimiento ($1,295), almacenamiento en caja ($ 1,249), rack ($1,929), tapa de batea (hasta $2,699), o motor diésel ($4,375). Los modelos más equipados ya incluyen parte de este equipo, pero también inician más alto: AT4, $38,200 dólares; Denali, $40,900. Sin embargo, todavía quedan suficientes opciones para que superen sin problemas los $50,000 si eligen con cuidado.
Curiosamente, Chevrolet recién agregó una variante a la Colorado que tiene un precio de entrada mayor que cualquier GMC Canyon 2021: la ZR2, que arranca en $41,600 dólares y que es mucho más capaz que la AT4 en senderos demandantes. Sin embargo, ninguna alcanza los niveles de la Jeep Gladiator que, con equipo más extremo para el todoterreno, tiene variantes que superan los $50,000 dólares antes de opciones. Además de estas, entre su competencia están las mencionadas Toyota Tacoma, Nissan Frontier y Ford Ranger, además de la Honda Pilot, que usa una construcción monocasco. Se anuncia un próximo lanzamiento de la Hyundai Santa Cruz, pero aún no hay muchos detalles de esta. Fuera de los Estados Unidos, la competencia es aún más nutrida.
La GMC Canyon 2021 no es el modelo más caro de su segmento y, ciertamente, vale lo cuesta. Sin embargo, no parece justificar la etiqueta “premium” que GM pretende darle, especialmente cuando hay acabados que no mejoran en los modelos más caros. Visto lo que el conglomerado ha logrado en las Tahoe, Suburban, Yukon y Escalade, es un factor que puede mejorar, pero quizá tengamos que esperar a la siguiente generación. Su principal problema es la existencia de la Colorado, que ofrece casi lo mismo por unos miles menos, versión a versión; su compra se justifica si realmente desean algo que destaque visualmente contra su hermana de Chevrolet. Más de 25,000 compradores tomaron esta elección en 2020, así que parece ser un argumento más que válido para un segmento del mercado. En GM parecen haber acertado, por ahora.
AT4 es la variante más capaz fuera de la carretera de la GMC Canyon, con grandes neumáticos todoterreno y motor V6 de 308 hp y, más importante, 369 lb-pie
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