Hyundai y Kia, dos gigantes surcoreanos, atraviesan uno de los momentos más difíciles de su historia reciente, tras descubrirse una serie de defectos en los motores que han afectado a varios de sus modelos. Desde 2012, los motores Theta II, presentes en modelos como el Sonata y el Santa Fe, han presentado graves problemas, como el desgaste excesivo de los cojinetes y el consumo de aceite. Estos fallos han dado lugar a fugas de aceite, virutas metálicas y, en algunos casos, incendios o explosiones de los motores.
A pesar de las campañas de revisión y recall iniciadas por Hyundai para solucionar estos problemas, los fallos de motor continúan afectando a los propietarios, quienes han tenido que enfrentar averías imprevistas, algunos con consecuencias fatales. Estos incidentes han provocado una creciente desconfianza entre los consumidores y han dejado a la marca en una situación difícil.
La demanda actual alega que Hyundai ocultó los defectos de sus motores a los consumidores, lo que resultó en la pérdida total de los motores y, en algunos casos, incendios que pusieron en peligro la seguridad de los conductores. La demanda colectiva involucra a propietarios de vehículos de varios estados de EE. UU., quienes buscan compensaciones por los costos de reparación, recompras y la falta de responsabilidad de Hyundai ante los fallos catastróficos de sus motores.
Los demandantes sostienen que la automotriz no solo fue negligente al no abordar los defectos de manera oportuna, sino que además no proporcionó a los propietarios la información completa sobre los riesgos asociados a los motores afectados. Este escándalo ha puesto a Hyundai bajo el foco de la justicia, con implicaciones que podrían afectar a su reputación a largo plazo.
La demanda afecta a modelos como el Sonata (2011-2019) y el Santa Fe (2013-2018), que están equipados con los problemáticos motores Theta II. Estos motores, que comparten tecnología con algunos vehículos de Kia, han presentado fallos graves en los cojinetes de biela, lo que ha provocado el gripado de los motores. Hyundai y Kia han intentado subsanar los problemas con campañas de recall, pero muchos propietarios afirman que las soluciones ofrecidas no son suficientes y han llegado demasiado tarde.
Además, el patrón de incendios y fallos de motor continúa afectando a vehículos de ambas marcas, lo que agrava la situación de Hyundai y Kia. La situación ha llegado a tal punto que se han registrado más de 100 incendios desde 2011, de acuerdo con datos de la National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA).

El impacto de los problemas de los motores ha sido significativo no solo para los propietarios, sino también para la reputación de Hyundai. El costo de reparación de los motores defectuosos supera los 8,000 dólares, lo que ha generado una carga financiera considerable para los afectados. Además, la demanda podría sentar precedentes en cuanto a la responsabilidad por defectos en la industria automotriz, lo que podría afectar a otros fabricantes en el futuro.
A pesar de los esfuerzos de Hyundai para abordar los problemas mediante reemplazos gratuitos de motores en modelos afectados, muchos consideran que las medidas tomadas por la marca han sido insuficientes y demasiado tarde. Además, las investigaciones de la NHTSA continúan, lo que podría acentuar aún más la presión sobre Hyundai para corregir estos fallos estructurales y garantizar la seguridad de sus vehículos.