Precio de partida del Jaguar XF Supercharged: $63,700
Precio de la unidad probada: $66,210
Fuel economy del Jaguar XF Supercharged: 15 mpg en ciudad, 23 mpg en autopista
Los rivales del Jaguar XF Supercharged
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Motor y transmisión
El motor V8 sobrelimentado del Jaguar XF Supercharged es el auténtico alma mater de este modelo. Con una potencia cercana a los 420 HP se introduce de lleno en el terreno de las variantes S de Audi, M de BMW y AMG de Mercedes.
Pero si tenemos destacar algo por encima de todo, nos quedamos con su cambio automático ZF de seis marchas, con levas en el volante y selector giratorio. El trabajo realizado sobre el mismo permite extraer todo el jugo al V8 sobrealimentado.
Nos gustó su preciso funcionamiento, su suavidad y su rapidez, sobre todo en reducciones. A diferencia de lo habitual, es capaz de descender dos marchas de una vez saltándose la intermedia, con el consiguiente ahorro de tiempo. La gestión electrónica es acertada y se adapta perfectamente a las necesidades del momento.
Con dos modos de utilización, Normal y Sport, permite un abanico de utilización muy amplio. El segundo es lo mejor para llevar al Jaguar XF Supercharged al límite de sus 420 HP.
Además, junto a la rueda del cambio está el pulsador de “modo dinámico” exclusivo del Supercharged, con el que la personalidad del XF se transforma sutilmente. Lo más apreciable es que se acentúa la respuesta a las insinuaciones que realizamos sobre el acelerador electrónico, que se torna más sensible, aunque también se endurecen ligeramente los amortiguadores y la dirección.
También se vuelve un poco más permisivo —sin llegar a ser deportivo— el programa electrónico de estabilidad, pues se desactiva el control de tracción.
Confort y seguridad
El bastidor transmite sensación de seguridad y agrado de uso, ya que es muy equilibrado en cualquier situación. A pesar de las dimensiones del Jaguar XF Supercharged, el agarre en curva y la agilidad en zonas tortuosas están a la altura de lo que sugiere su silueta, aunque el peso en el eje delantero acaba imponiendo sus límites si nos pasamos de optimistas.
Destaca por su facilidad de conducción y aplomo, pero en ocasiones se echa de menos un control de estabilidad más permisivo, ya que ni siquiera el programa dinámico consiente una libertad de movimientos suficiente con la que poder involucrarnos un paso más allá en la conducción.
Para ello es necesario desconectar por completo el sistema DSC pulsando el correspondiente botón durante unos 8 segundos.
Lo único que se le podría pedir es una dirección un poco más “sensitiva”, ya que algunas veces no es fácil detectar el límite de adherencia, tanto del tren delantero como del trasero.
El sistema de frenado está acorde con las altas prestaciones del motor. Las distancias de detención son cortas, a medio camino entre las de un BMW M5 y un M5 Touring, y tanto por potencia como por su gran resistencia al calentamiento, deja el listón muy alto. El freno de estacionamiento, por su parte, es electrónico y en caso de estar accionado se desactiva automáticamente al insertar una marcha; estaría bien que se activase automáticamente al insertar P.
Seguridad
Entre los elementos de seguridad del XF cabe mencionar el sistema de protección de peatones que, en caso de atropello, eleva el capó para que éstos queden menos expuestos a partes mecánicas más duras. También puede disponer, de manera opcional, de retrovisores con vigilancia de ángulo muerto, sensor de presión de los neumáticos, control de velocidad por radar o cámara de visión trasera, un elemento casi indispensable que compensa en cierta medida la mala visibilidad en maniobras.
Interior
La vida a bordo es agradable, con sobrada amplitud para todas las plazas y la practicidad de un generoso maletero, ampliable gracias a los respaldos traseros abatibles. El sistema de navegación es de serie y entre sus posibilidades está la de mostrar las gasolineras cuando se enciende la reserva, aunque sólo si la escala del mapa está muy ampliada. Teóricamente también señala y evita los atascos, sin embargo en nuestra prueba no tuvimos suerte con esta función, lo que nos dio oportunidad para comprobar, durante una hora de retención, el funcionamiento del sintonizador de televisión y de las conexiones para iPod y memorias USB que incorporaba nuestra unidad, las cuales permiten controlar nuestros dispositivos portátiles y acceder a las carpetas de música desde la propia pantalla multifunción táctil del navegador.
No obstante, la simplificación de la consola en favor de la limpieza de líneas no acaba de resultar demasiado intuitiva a la hora de manejar algunos de los sistemas, que requieren demasiada atención por parte del conductor para acceder a los diferentes menús a través de la pantalla central.
El Jaguar XF Supercharged y la gama XFExteriormente no se diferencia apenas de sus hermanos menos prestacionales, excepto por el distintivo trasero Supercharged y por unas espectaculares llantas de 20”. A pesar de su relativa discreción, la fuerte presencia del coche llama la atención de peatones y conductores. El interior supone un verdadero salto adelante respecto a su antecesor S-Type y, sin perder ni una gota de elegancia, resulta mucho más actual y atractivo. Piel, madera y aluminio se combinan en un agradable y lujoso ambiente en el que la consola central cobra una gran importancia. |
Sólo su alto precio (desde $63.700) supone un inconveniente, por lo demás se trata de un conjunto con pocos puntos flacos, en el que ni siquiera el consumo se dispara si hacemos un uso racional del coche. Las prestaciones, como cabría esperar, son de primer orden, al igual que el cuidado a los pasajeros, tanto delanteros como traseros.
Esta versión no es precisamente barata, y menos si añadimos algunos de los atractivos extras del catálogo. A cambio ofrece de serie un equipamiento muy extenso, en el que no faltan asientos de piel, cambio automático o navegador.
Si buscas algo más económico el XF Luxury, en torno a los 50,000 dólares, o el XF Premium Luxury, en torno a los 56,000, son buenas opciones. Eso sí, sacrificarás prestaciones, dado que ambas versiones están animadas por el mismo V8, pero sin compresor, lo cual les otorga una potencia de 300 HP (120 menos que el Supercharged)
Muchos nos preguntábamos sobre una versión extrema del atractivo sedán XF que le hiciera juego a su estampa con caballos de potencia. Jaguar pensaba lo mismo, y casi un año después de su lanzamiento, el Salón de Detroit 2009 nos anticipa que podremos tener entre nosotros el XF-R en breve.
Jaguar da el do de pecho con la nueva versión Diesel de su lujoso sedán XF. Para 2009, la marca británica incorporar a la gama un nuevo propulsor de 3 litros que a un extraordinario torque de 442 lb-pie une una economía de combustible de 35 mpg.
A pesar de que el sedán mediano de Jaguar cuenta con una estampa fresca y atractiva, nunca sobran las mejoras, especialmente si se trata del tren motriz. Automedia ha capturado nuevos spy shots del XF-R con ligero camuflaje, y ya no con el cuerpo del S-Type como la anterior vez.
El ímpetu y emprendimiento que ha tomado Jaguar desde que el Grupo Tata lo adquirió ha sido notable, y por supuesto, provechoso. Para el 2009 la firma inglesa prepara dos modelos: una variante más musculosa y deportiva del ya espectacular XF, y un ligero facelift de la saga XK.