Mazda6 i 2010: Prueba a fondo

Aunque parezca un sedán al ...
19/09/2009

Javier Fueyo

¿Quién es el Mazda 6?
Creo que antes de empezar con la prueba de manejo de nuestro Mazda6, es necesario hacer una introductoria mención de lo que significa un coche como este dentro del concurrido mercado de los sedanes.

Tras unos años en nuestro mercado sin pena ni gloria, cinco para ser exactos -del modelo 2003 al 2008-, la primera generación del Mazda6 fue sustituida por un auto radicalmente diferente. Por fin, Mazda se atrevió a poner en escena un vehículo calibrado para el público americano, más grande que las versiones japonesa y europea y con motores más potentes.

Así, el modelo 2009 llegó en agosto de 2008 a nuestros dealers, mostrando una ganancia ostensible de dimensiones. El nuevo Mazda6 era 6.9 pulgadas más largo, 1.2 más alto y 0.6 más ancho que el anterior. Pero no sólo eso, su distancia entre ejes también había recibido un notable incremento de 4.5 pulgadas, algo que incidía en un espacio interior más mucho más desahogado.

Pese a esa ganancia en dimensiones, el Mazda6 pesaba menos. Había perdido varias libras gracias al trabajo de adelgazamiento centrado en pequeños detalles, ya que el uso de aceros de alta resistencia para dar mayor rigidez al auto no habrían contribuido a esa cura de adelgazamiento. Así, se trabajó en la tapicería, en el equipo de audio o en la forma del chasis, entre otros.

Otro dato llamativo en la segunda generación del Mazda6 fue el trabajo sobre las suspensiones. Las delanteras estaban ahora unidas ahora al subchasis por 6 soportes, con el objeto de limitar las vibraciones. Las traseras también habían sido rediseñadas con la colocación de amortiguadores más verticales. Y en líneas generales, el tarado había sido recalibrado, sintiéndose algo más firme, aunque sin caer en la dureza de las realizaciones realmente deportivas.

En el apartado de los frenos, el nuevo Mazda6 contaba con discos más grandes. El resultado era patente en un mejor tacto, comportamiento más controlable y distancias de frenado inferiores.

En cuanto a la dirección, destacaba la utilización de asistencia eléctrica y el abandono de la habitual ayuda hidráulica.

El resultado había sido la conversión de un auto carente de personalidad en un sedán auténticamente familiar, sensiblemente atractivo y realmente deportivo.

La unidad de pruebas
El nuevo Mazda6 2010 es igual que el 2009. Se comercializa en dos motorizaciones y cuatro acabados. El motor más pequeño es un cuatro cilindros, de 2.5 litros y 174 HP, para las versiones "i", mientas que el grande es un 6 en V de 3.7 litros y 272 HP, para las versiones "s". En cuanto a los acabados, nos encontramos con un básico SV, un atractivo Sport, un intermedio Touring y los más lujosos Touring Plus y Grand Touring. Las versiones S sólo se pueden solicitar en estas dos últimas terminaciones.

Nuestra unidad de pruebas era una i Touring Plus sin más extras que la radio satelital. Su precio de partida, 23,750 dólares, se veía incrementado en los 430 dólares que Mazda cobra por esa opción y los 750 dólares de los gastos de envío. En total, 24,930 dólares un precio muy competitivo para un sedán familiar amplio, atractivo pero sin excesos y con un nivel de dotación más que aceptable. Por ejemplo, montaba luces antiniebla, escapes cromados, volante de cuero con mandos integrados, control de crucero, quemacocos, cuadro de relojes con iluminación o sistema de aviso de puntos ciegos. Se trata de elementos que si bien no hacen de la nuestra una versión Premium, sí que la dotan de un cierto nivel.

Prueba de manejo
Aunque el V6 es lógicamente el más potente y el que mejor casa con la filosofía deportiva de Mazda, entendemos que el cuatro cilindros de nuestra unidad de pruebas es la elección más acertada para un cliente que busque un sedán familiar para el día a día y con unas dosis de originalidad y diseño. Por decirlo de otra manera un sedán "cool". Con el comportamiento volátil de los precios de la gasolina, el 2.5 litros nos va a permitir mantener la economía en su sitio cuando los barriles de oro negro vuelvan a subir como la espuma. Según datos EPA, su consumo es de 21 mpg en ciudad y 30 mpg en carretera, una cifra aceptable, aunque superior al de sus principales rivales (Camry, Accord, Focus sedán, Malibu, Passat o Sonata), todos ellos también con motores de cuatro cilindros.

Acoplado al bloque motor, contábamos con la eficaz caja de cambios automática de cinco velocidades, una transmisión que nos pareció excelente, gracias a una suave y rápida inserción en modo manual. Tan sólo la manera de insertar las marchas -hacia arriba para bajar relaciones, hacia abajo para subirlas- nos tomó un pequeño tiempo para acostumbrarnos.

Con esta combinación, la respuesta mecánica del Mazda6 i es contundente, gracias a un notable torque a medio y alto régimen (su cifra de torque máximo 167 lb-pie se consigue a 4,000 rpm, mientras que el corte de inyección llega a las 6,200 vueltas). Mazda también recalibró el grupo final y el escalonamiento de las relaciones de la transmisión automática para acompañar mejor al incremento de torque que se obtiene con la utilización del 2.5 litros. A este respecto es necesario recalcar que en otros mercados mundiales las versiones de 4 cilindros tienen capacidades de 1.8 y 2 litros.

Lo primero que sentimos al manejar el Mazda6 es una dirección claramente mejorada. La asistencia eléctrica sustituye a la anterior hidráulica, incrementando notablemente el confort a bajas velocidades, la precisión en tramos virados y, colateralmente, los consumos. El cambio de dirección no ha tenido incidencia en el espíritu deportivo de Mazda o, lo que es lo mismo, en la manera en que el rodar de sus modelos se transmite al piloto. Precisamente, esta es una de las razones por las que uno debería considerar comprarse un Mazda6 antes que uno de sus rivales. El carro japonés comunica toda una filosofía de manejo.

Los frenos, como ya hemos anticipado, tienen un tacto sensacional, son fácilmente modulables y resistentes a la fatiga. La suspensión es algo firme, ideal para llegar con un poco más de velocidad de lo recomendable a la entrada de las curvas.

Nuestra unidad de pruebas montaba unos algo más deportivos neumáticos de medidas 215/55R sobre rines de 17 pulgadas (el Mazda6 estándar monta rines de 16 pulgadas), una combinación acertada para exprimirle el jugo al conjunto motor / bastidor.

El diseño
No por hacer una reseña en último lugar estamos menospreciando el diseño del Mazda6. Al contrario. El sedán japonés resulta mucho más atractivo que la mayoría de sus rivales, sin duda, anquilosados en la seriedad y en el aburrimiento. La única razón que se me ocurre es que los fabricantes de sedanes familiares deben de considerar a su cliente tipo un conductor funcional, carente de sensibilidad y a quien la estética se la trae al pairo. Si bien esto puede ser cierto -no vamos a discutir a los departamentos de análisis de producto de las marcas-, también lo es que un poco de picante en la vida no hace daño a nadie. ¿Por qué no hacer unas líneas algo menos políticas y que se salgan de los estereotipos estimados diseñadores de sedanes familiares? Fíjense en Mazda y, en concreto, en su Mazda6.

De lejos, el puede parecer un sedán familiar más al uso. Hay que acercarse un poco más para apreciar que nos hallamos ante un carro bien diferente al resto. Como ya definimos en la primera prueba de manejo del Mazda6, su frontal tiene una mirada de "Mona lisa" , como si los faros te siguieran a donde quiera que vayas. Su parrilla está levemente apuntada y las líneas curvas de la carrocería bien marcadas para darle una apariencia más musculosa, más empaque. Además de parecer más deportivo, este trabajo esconde un razón práctica y funcional y no es otra que mejorar su aerodinámica, algo a lo que también contribuye la caída del techo hacia detrás, simulando un coupé.

 

Conclusión:El Mazda6 es mucho más que un sedán "cool"

Puede que el Mazda6 sea el sedán más atractivo o puede que no. La realidad es que, tanto si gusta como si no, nos hallamos ante un automóvil que estéticamente introduce un aire fresco en el soporífero mercado de los sedanes familiares, el aire que insufla la filosofía de diseño de Nagare.

Pero el Mazda6 es más que imagen deportiva, líneas bien marcadas y formas que recuerdan a un coupe; el carro japonés es también un modelo con desempeño deportivo y ciertos detalles que podrían pasar desapercibidos para el gran público de no contarlos en pruebas de manejo como esta. Nos referimos a todo el trabajo para adelgazar el conjunto, a la buen transmisión manual, a los potentes frenos o al ingente espacio interior.

En resumen, el Mazda6 ya no es más un vehículo que uno se compra para ser diferente al resto de conductores de sedanes, que suelen llevar un Accord, un Camry o un Malibú. Con la llegada de la nueva generación, el carro japonés se ha convertido en un carro espacioso, competitivo, práctico y funcional, como la mayoría de sus rivales. Y, por supuesto, es atractivo y deportivo.

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