Lujo centenario que triunfa en el sur de la Florida.
La marca que aristócrata británico Stuart Rolls puso en marcha asociándose a Frederick Royce en 1904 estuvo a punto de desaparecer en el 2003 cuando solo vendían 500 unidades en todo el mundo de su único modelo disponible, el Phantom. Atrás quedaron esos negro nubarrones y en el 2014 el ícono británico “La obra de arte de 7,000 libras” volverá a batir el record de unidades vendidas en el 2013 (3,630). Estados Unidos con un crecimiento del 25% este año y particularmente California como mayor mercado en el mundo y el sur de la Florida colocado en el top 10, contribuyen muy positivamente. Los más adinerados, esa clase social denominada afluent por los gurús del marketing, puede conseguir sus Rolls-Royce en Miami –Braman- y West Palm Beach.
BMW rescató el ícono del lujo con su poderío técnico y entre otras cosas, con el motor V12 (aproximadamente 500 caballos) que hoy montan los 3 modelos de la gama: Phantom (normalmente aspirado), Ghost Series II y Wraith (biturbo y con 150 caballos adicionales). ¿Caballos aproximados? Se preguntará en este momento, la potencia no es importante para los clientes de RR, se da por supuesta, tanto que su tacómetro no marca las revoluciones si no cuanta potencia tiene disponible, en otras palabras el Power Reserve (la reserva de potencia que tiene disponible).
Uno de cada uno de los modelos que la marca ofrece actualmente tuvimos para admirar en el Traymore de Miami Beach, y por suerte pudimos manejar un Wraith de unos 400,000 dólares, confieso que es el auto más costoso que he manejado hasta la fecha. El minimalismo clásico de su diseño, el aplomo de su manejo, la manera en que sin renunciar al último avance tecnológico lo incorporan al DNA del auto no son comparable con ningún otro. El resucitado y vuelto a desaparecer Maybach de Mercedes Benz es lo más parecido que he encontrado en mi catálogo de experiencias. El cambio de los RR es automático de 8 velocidades y tiene una peculiaridad, el auto siempre arranca en segunda velocidad para conservar la legendaria suavidad de manejo. Si necesita arrastre (¿para qué va a necesitar arrastre el dueño de este auto?) o simplemente quiere dejarse una pequeña fortuna en el asfalto, hay un botoncito de low en la sutil palanca de cambios que le permitirá arrancar en primera velocidad.
Hablar de RR no tiene mucho sentido sin hablar de sus clientes, extremadamente ricos y demandante. Ese estrato social privilegiado, financieramente exitoso que ha florecido en países como China y que algunos de ellos haría revolverse en su tumba a los fundadores de la marca por sus excéntricos gustos. En cualquier caso, la máxima de la marca británica es ofrecer a los clientes una solución a sus gustos y demandas “dentro de lo legal y sin afectar a la seguridad” puntualizó Gerry Spahn, relaciones públicas de la marca y maestro de ceremonias en el evento de Miami.
En el caso de Estados Unidos, por supuesto varía mucho por modelo, el 80% de los clientes conducen su RR. En países como China esa cifra no alcanza el 50% y son los choferes los que disfrutan realmente de la montaña de dólares invertidos en el auto, al menos desde el punto de vista del manejo, claro.
El bello Phantom Drophead Waterspeed Collection (color azul) el segundo que se ha vendido en Miami y que es un tributo a las embarcaciones clásicas Bluebird K3 y K4 que establecieron míticos récords de velocidad, tiene un precio de 599,000 dólares americanos. Suerte que los servicios financieros de RR también son reconocidos en el mundo como una de las armas del éxito de la marca.
¿Qué compite en la mente de los cliente con un Rolls? Ferrari, Lamborghini, Bentley, Aston Martin, pero principalmente los clientes llegan de la propia marca, el que compra un Rolls repite compra en gran medida.
La fábrica de Rolls Royce (dos horas al sur de Londres) sigue cerrada a las visitas del público, pero usted, como cliente especial, podrá solicitar una visita íntima y ver como se dan los últimos toques a la fabricación de su auto o elegir dentro de un catálogo infinito de posibilidades antes de dar la señal para su nuevo pieza de arte.
Si no alcanza para uno nuevo, los seminuevos de la marca son siempre una buena opción, pocas millas y refinados usuarios.
Fotos: José Carlos de Mier
Una edición especial de homenaje a los Rajás de Medio Oriente.
La explosión de un lujoso Rolls Royce se convierte en una auténtica obra de arte.