El Model S sigue siendo uno de los autos eléctricos más emblemáticos de Tesla, pero los costes de reparación no se quedan atrás. Aunque Tesla ha hecho esfuerzos para simplificar las reparaciones, algunos de sus componentes de alta tecnología, como la batería y los sistemas de propulsión, pueden resultar sumamente costosos. Aunque el mantenimiento general es más barato que en otros vehículos de lujo, cualquier inconveniente relacionado con el sistema de batería puede llevar la factura a cifras elevadas.
El EQS representa lo mejor de Mercedes-Benz en el mundo de los autos eléctricos. Con un diseño futurista y una tecnología que parece sacada de una nave espacial, es el sedán eléctrico de lujo definitivo. Pero, como sucede con los autos de alta gama, las reparaciones no son económicas. Los sensores avanzados, las baterías masivas y la electrónica de lujo hacen que incluso los arreglos más simples sean muy costosos. Un tune-up en un EQS puede sentirse como un viaje a la estratósfera en términos de coste.
El Taycan, el primer coche totalmente eléctrico de Porsche, es una de las joyas más codiciadas del mercado. Su rendimiento es simplemente asombroso, pero todo lo que brilla no es oro cuando llega el momento de repararlo. Con sistemas de batería exclusivos, complejos sistemas de refrigeración y otros componentes de alta gama, cualquier reparación puede ser extremadamente costosa. La sensación de tener un rayo controlado entre tus manos se ve opacada rápidamente por las facturas de mantenimiento.
El Lucid Air no es solo un coche; es un escaparate rodante de tecnología avanzada. Con un diseño espectacular y un funcionamiento silencioso, este coche eléctrico es una maravilla de ingeniería. Sin embargo, la complejidad de sus componentes, que incluyen electrónica de última generación y partes fabricadas a mano, lo convierte en un dolor de cabeza cuando algo sale mal. Las reparaciones en este vehículo de lujo pueden resultar desorbitadas, especialmente cuando se trata de fallos menores.
El Nissan Leaf, considerado el pionero de los autos eléctricos de producción masiva, fue un gran paso hacia la adopción generalizada de vehículos eléctricos. Sin embargo, la tecnología de baterías utilizada en los primeros modelos ya se siente obsoleta, y las reparaciones de la batería a menudo superan el valor del vehículo. Muchos propietarios eligen dejar que su rango disminuya hasta el mínimo y luego simplemente aparcarlo como una especie de trofeo de la adolescencia incómoda de los autos eléctricos.
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