El Hyundai Sonata Mk6 (YF) destacó por su diseño atractivo, pero fue criticado por los materiales de su interior y una conducción demasiado rígida. Hyundai, consciente de las críticas, mejoró sustancialmente la siguiente generación, el Sonata Mk7 (LF). La nueva versión del Sonata ofreció un comportamiento mucho más refinado, con una suspensión optimizada para mejorar la calidad de conducción y un chasis que se sentía más seguro en carretera. Además, los materiales del interior mejoraron, proporcionando una sensación de mayor calidad y un diseño más moderno. Gracias a estos cambios, el Sonata pasó a ser una opción mucho más atractiva en el mercado de los sedanes medianos.
La segunda generación del Ford Escape no impresionaba ni en diseño ni en rendimiento. Su aspecto cuadrado y un interior anticuado lo hacían parecer inferior frente a sus competidores. Sin embargo, Ford decidió darle una vuelta de tuerca con la tercera generación. El nuevo Escape Mk3 adoptó una plataforma global más moderna, convirtiéndose en un crossover estilizado con un rendimiento mejorado gracias a un motor EcoBoost turboalimentado. Con un interior de mayor calidad y una experiencia de conducción mucho más dinámica, el Escape Mk3 demostró que Ford podía competir con otros grandes del segmento, como el Toyota RAV4.
La tercera generación del Mazda MX-5 Miata (NC) perdió parte de la esencia ligera y deportiva de las generaciones anteriores, convirtiéndose en un coche más orientado al turismo que al rendimiento puro. Aunque seguía siendo un roadster ligero, la sensación de conducción no era tan excitante. Mazda escuchó las críticas y presentó el ND, una versión que volvió a las raíces del Miata. Con un diseño más minimalista, un motor Skyactiv eficiente y un chasis más equilibrado, el MX-5 Miata recuperó su agilidad y diversión al volante, convirtiéndose en un roadster accesible y deportivo por excelencia.
El Mercedes-Benz Clase C W203 fue uno de los modelos más criticados por la marca alemana. Con fallos electrónicos y una sensación de fragilidad en su interior, no logró estar a la altura del BMW Serie 3 en cuanto a rendimiento. Afortunadamente, Mercedes-Benz reaccionó rápidamente con el W204, un modelo que mejoró significativamente en todos los aspectos. La calidad del interior mejoró notablemente, los problemas electrónicos fueron solucionados y la gama de motores se amplió, con opciones V6 y V8. El W204 convirtió al Clase C en uno de los sedanes compactos más premium y deseables de su clase.
El Volkswagen Golf Mk4 se lanzó con una apariencia sofisticada y un interior de calidad, pero no logró conectar con los entusiastas de la conducción. Su manejo fue considerado aburrido y poco inspirador, lo que provocó críticas, especialmente en la variante GTI. Sin embargo, el Golf Mk5 cambió el rumbo. Con una nueva plataforma, suspensión trasera independiente y un peso mejor distribuido, el Mk5 ofreció una conducción más ágil y precisa. El GTI volvió a sus raíces, con un motor turboalimentado de 2.0 litros que devolvió la emoción a los conductores, recuperando su estatus como uno de los hatchbacks deportivos más codiciados.
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