Aunque Saturn es una marca que se desvaneció del mercado, el Vue Red Line es uno de los SUV de alto rendimiento más peculiares y olvidados. Utilizando un motor Honda V6 de 250 caballos de fuerza, el Vue Red Line combinaba un diseño atractivo con una excelente suspensión y un rendimiento sorprendente para su tiempo. Su tracción delantera, junto con la opción de tracción total, ofrecía una experiencia de conducción deportiva, pero su corta vida en el mercado y la transición a motores de producción propia lo relegaron al olvido.
El Mercedes-Benz ML55 AMG marcó el inicio de los SUV de alto rendimiento en la marca alemana. Con un motor V8 de 5.4 litros, el ML55 AMG producía casi 350 caballos de fuerza, lo que lo convertía en uno de los SUV más potentes de su tiempo. Aunque no ofrecía un rendimiento tan impresionante como otros SUV deportivos, fue un pionero en demostrar que los vehículos de lujo también podían combinarse con el alto rendimiento, abriendo el camino para futuros modelos AMG.
La Dodge Durango Shelby SP 360 es un claro ejemplo de cómo un modelo de producción estándar puede ser transformado en una máquina de alto rendimiento. Con un motor V8 de 5.9 litros y mejoras significativas en suspensión, frenos y carrocería, este SUV destacaba por su agresividad y exclusividad. Shelby produjo un número limitado de estos vehículos, pintados en azul con franjas blancas, y si bien no tuvo un gran impacto comercial, se ha convertido en un clásico olvidado pero muy deseado por los coleccionistas.
Antes de que la gama SRT de Jeep llegara para dominar, el Grand Cherokee 5.9 Limited de 1998 ya marcaba el camino. Con un motor V8 de 5.9 litros que producía 245 caballos de fuerza, este SUV era el más rápido de su clase en su época, alcanzando los 60 mph en 6.8 segundos. Su tracción total y detalles de lujo como el cuero y las molduras de madera hacían de este modelo una mezcla perfecta de confort y rendimiento. A pesar de su importancia histórica, hoy pocos recuerdan su grandeza.
En la era dorada de los SUV de alto rendimiento, el GMC Typhoon fue un verdadero innovador. Con su motor V6 turboalimentado y tracción total, este SUV no solo ofrecía potencia, sino también un diseño impresionante para su época. Alcanzando los 100 km/h en menos de 5,5 segundos, el Typhoon destacaba entre otros vehículos de su categoría. Aunque su producción fue limitada a solo 4967 unidades, su impacto se mantuvo en la memoria de los entusiastas, aunque su falta de un sucesor y su corta vida comercial contribuyeron a que fuera olvidado con el paso del tiempo.
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