El Chevrolet Corvette es un deportivo de alta gama que ha resistido muy bien la depreciación, especialmente con su nueva generación de motor central. A pesar de su alto rendimiento y precio, los propietarios del Corvette pueden esperar perder solo un 23% de su valor en cinco años. Esto se traduce en alrededor de $15,000 de pérdida, lo cual es bajo para un coche de su categoría. La innovación del motor central y su estatus como el deportivo estadounidense por excelencia hacen que la demanda del Corvette se mantenga sólida incluso en el mercado de segunda mano.
El Jeep Wrangler es otro modelo que se comporta de manera ejemplar en términos de depreciación. En los primeros cinco años, un Wrangler pierde solo un 9.2% de su valor, lo que equivale a menos de $2,800. Este SUV, ideal para los amantes del off-road, mantiene su atractivo gracias a su capacidad todoterreno y su diseño icónico. Además, la robustez y versatilidad del Wrangler hacen que siga siendo una opción muy buscada en el mercado de coches usados.
La Toyota Tacoma ha sido una de las pick-up más fiables y duraderas del mercado, y su depreciación es una de las más bajas. Los propietarios de una Tacoma pueden esperar perder solo un 14% de su valor original en los primeros cinco años. Este nivel de retención se debe a su fiabilidad a largo plazo, su capacidad de reventa y su excelente reputación como una de las mejores camionetas del mercado. En un segmento donde la durabilidad es clave, la Tacoma sobresale y mantiene su valor de manera impresionante.
El Dodge Challenger es una de las sorpresas dentro de los muscle cars, ya que pierde solo un 24% de su valor en cinco años. Aunque su depreciación es un poco más alta que la de sus competidores directos como el Ford Mustang o el Chevrolet Camaro, sigue siendo una de las opciones más resistentes. Con un precio base que ronda los $10,000 de pérdida, el Challenger se destaca por su estilo clásico y su poderoso motor, lo que mantiene el interés de los compradores durante más tiempo.
El Porsche 911 es conocido por su legado y, sorprendentemente, por su baja depreciación. Aunque la mayoría de los coches de lujo sufren una caída significativa en su valor, el 911 pierde solo un 13% de su valor original en los primeros cinco años. Esto representa alrededor de 20.000 dólares, una cifra considerablemente baja para un deportivo de lujo. La razón detrás de esta sólida retención de valor es su calidad, rendimiento y el estatus icónico de la marca, que hacen que la demanda se mantenga alta, incluso en coches de segunda mano.
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