El Chevrolet Corvair es probablemente uno de los coches más controvertidos de todos los tiempos. Su problema más grave era su manejo defectuoso, lo que causó que fuera etiquetado como peligroso por muchos expertos. El defensor del consumidor Ralph Nader incluso escribió un libro titulado Unsafe at Any Speed (Inseguro a Cualquier Velocidad), en el que exponía los defectos de seguridad del Corvair. El manejo inestable y su tendencia a volcarse lo convirtieron en un fracaso rotundo, y finalmente llevó a la industria automotriz a establecer nuevas regulaciones de seguridad para evitar más tragedias.
El Chrysler Imperial se presentó como un coche de lujo en su época, pero rápidamente perdió su atractivo. Aunque sus aletas traseras y la parrilla cromada eran consideradas elegantes en los años 50, no logró mantenerse al día con las necesidades del mercado y se convirtió en un modelo anticuado rápidamente. Además de ser un enorme consumidor de combustible, el Imperial sufrió de fallos eléctricos y de corrosión, lo que le hizo perder la credibilidad que había ganado al principio. A pesar de sus intentos de ofrecer lujo, no cumplió con las expectativas.
El Ford Pinto, a pesar de ser barato, pasó a la historia como uno de los coches más peligrosos jamás fabricados. Su mayor problema fue el diseño del depósito de combustible, que era susceptible de explotar en caso de choque, lo que resultó en varias muertes trágicas. Además de ser un coche inseguro, el Pinto era poco fiable y carecía de cualquier atractivo tanto en diseño como en rendimiento. Su mal manejo y la escasa calidad de fabricación hicieron que fuera rápidamente olvidado en los pasillos de la historia automotriz.
El Chevrolet Vega es otro ejemplo de la falta de calidad que se produjo en esa época. Conocido por su propensión a la oxidación, el Vega rápidamente se ganó el apodo de “rust bucket” (cubo de óxido). No solo era famoso por su capacidad para corroerse, sino que también presentaba serios problemas mecánicos, como sellos defectuosos en el motor. El motor de aluminio, que se suponía sería una ventaja, tenía la desagradable tendencia de sobrecalentarse y fallar. El Vega fue un desastre en todos los sentidos.
El Chevrolet Cavalier fue un coche que pasó desapercibido por completo en la historia de los autos. Aunque era asequible, no lograba emocionar a nadie con su diseño ni con su rendimiento. No solo eso, sino que sufría de graves problemas de fiabilidad, con fallos eléctricos, transmisión defectuosa y problemas en el motor. Después de unos pocos años de uso, muchos propietarios encontraron que el Cavalier no era más que una carga en sus manos, y pronto se ganó una mala reputación en la industria.
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