Enrique González - @600streetka

Ya han pasado 28 años desde que en enero de 1986, el Rey Juan Carlos I regalaba a su hijo, Felipe, un bonito Seat Ibiza al cumplir la mayoría de edad (18 años). Este sería sin duda un regalo que se convirtió en todo un acontecimiento inolvidable, ya que para el Rey Felipe VI este fue su primer auto y llegó de las manos de su padre. Este primer auto de aquel joven Felipe VI incorporaba un motor de inyección y aire acondicionado, algo que, como reconocen desde Seat, se adelantaba dos años a su tiempo en los coches de producción. 

Por este motivo, los responsables de la firma española quisieron dar al monarca una grata sorpresa y para ello restauraron  un precioso Seat Ibiza 1.5 de 1986, un trabajo minucioso que corrió a cargo del equipo de Coches Históricos de Seat.

La unidad restaurada con motivo de esta visita es un Seat Ibiza 1.5 de color dorado, el cual ha tenido que pasar por un ‘laborioso’ trabajo de restauración ya que, con 152.000 km en su cuentakilómetros, hacía más de 16 años que no se ponía en marcha. Tanto sus tapizados, neumáticos, llantas y la carrocería, han sido objeto de tratamiento por los expertos del equipo de Coches Históricos de la marca, quienes reconocen además que lo más difícil de este proceso estuvo en el sistema de alimentación e inyección de gasolina.

Posteriormente y tras la visita del monarca, este modelo ya ha pasado a formar parte de la extensa colección de vehículos clásicos de SEAT, que con esta última adquisición sobrepasa los 250 coches.

En definitiva este es ya se ha convertido en un Seat Ibiza único, muy especial y echo a medida para hacer que el nuevo monarca recordase así su primer coche, su época de estudiante y agradecer su visita y apoyo a esta marca española.