Enrique González - @600streetka

Estamos ante una medida de emergencia de la casa Sueca Volvo para poder seguir comercializando sus productos en Estados Unidos. No son buenos momentos para la marca en este mercado,  que está viendo cómo mes a mes las ventas continúan cayendo  y la cuota de mercado se desploma, entregando durante el pasado mes de mayo tan solo 5.012 unidades.

Esto ha supuesto para la marca un descenso del 20% de sus ventas en Estados Unidos, por lo que ahora  Volvo pretende reconquistar al público estadounidense. Parece que uno de los problemas en este mercado, es que el veterano S80 ya no termina de convencer a los norteamericanos, es por eso que  Volvo ha pensado en comercializar la versión de batalla alargada del S60,  que se fabrica en exclusiva en China y con el que se podría derivar cierta demanda del cliente que busca un automóvil de mayor tamaño que el S60 convencional.

La firma sueca espera que fabricando en China pueda contener los precios, gracias a la buena relación dólar-yuan existente en los últimos años, con pocos cambios que permiten controlar la venta exterior de mejor manera. Volvo estima que podrán exportarse unos 10.000 S60L a los mercados de Estados Unidos, Rusia y algunos asiáticos, y otros tantos del XC90 que también está contemplado que se fabrique en China.

Por ahora Volvo intenta suplir esta caída de sus ventas en Estados Unidos  con sus buenos resultados en China, donde este 2014 se convertirá en el principal mercado para Volvo por delante del estadounidense, con unas 90.000 unidades previstas y un aumento del 50% respecto al 2013. Para 2018 Volvo espera vender unas 250.000 unidades al año en China, la mayoría fabricadas en las dos plantas que tiene en ese país.